Raza ganadera Lucerna: prometedora candidata para programas de mejoramiento genético
Se estima que en Colombia existen alrededor de 10 razas de bovinos criollos distribuidas en diferentes regiones del país. En el Valle del Cauca destacan dos de ellas: el Hartón del Valle y Lucerna, ambas arraigadas en la rica tradición ganadera y representantes de un valioso patrimonio genético en la zona, por lo que estudiarlas fue clave para su conservación, utilización y manejo adecuado.
La historia del Hartón se remonta a más de 500 años de adaptación al clima y a las condiciones del trópico colombiano, cuando el conquistador español Sebastián de Belalcázar la introdujo posiblemente desde Perú, por el sur del territorio colombiano. Algunas de sus características más apreciadas son su pelaje rojizo con un cuerpo robusto y estructura fuerte y musculosa que le confiere una apariencia vigorosa, además de la resistencia a las enfermedades comunes de la región.
Por otro lado Lucerna, de rasgos físicos muy similares a su pariente el Hartón, es una creación nacional concebida en 1937 que combina las características deseables de las razas que la componen para ofrecer una mezcla óptima de producción lechera y cárnica. En 1983 fue reconocida oficialmente y designada como “Raza bovina colombiana” por el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA). Así mismo, su inclusión en 2018 en el Sistema de Información sobre Recursos Genéticos Animales Domésticos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) destacó su importancia en el mundo.
Sin embargo, y a pesar de sus cualidades sobresalientes, los estudios sobre este ganado y otros bovinos criollos han sido muy limitados, por lo que han dejado en el tiempo brechas de conocimiento por resolver en los programas de mejoramiento genético. Por eso, la zootecnista Maira Alejandra Montoya Bedoya, magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, estudió las dos razas empleando diferentes metodologías genéticas de avanzada.
“A pesar de que Lucerna es una raza sintética, o sea obtenida en laboratorio, sus características genéticas y fenotípicas –como su apariencia física y comportamiento externo– se han estabilizado lo suficiente a lo largo de los años como para considerarla como una raza independiente”, explica la magíster Montoya, quien para su trabajo contó con la dirección del profesor Juan Carlos Rincón, de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UNAL Sede Palmira.
El estudio se dividió en dos capítulos: el primero se centró en determinar los parámetros y las tendencias genéticas para la producción de leche y en los intervalos entre partos en el ganado Lucerna, para lo cual la investigadora utilizó datos históricos de 11.639 hembras puras con registros de producción entre 1968 y 2021, un pedigrí conformado por 15 generaciones, además de la información productiva de 22.775 partos y lactancias en el mismo periodo de tiempo.
La segunda parte comprendió los análisis de ADN para evaluar la diversidad genética, la composición racial y la endogamia, que se refiere a la reproducción entre individuos más emparentados que el promedio de la población, lo que puede influir en los genes y poner en riesgo su sostenibilidad, ya que aumenta la probabilidad de aparición de enfermedades o malformaciones en la descendencia y generar problemas productivos y reproductivos.
Para ello se recolectaron muestras de sangre y de semen de 104 animales, las cuales se estudiaron en el Laboratorio de Biología Molecular de la UNAL Sede Palmira y en un laboratorio estadounidense. De estas, 10 son de la familia Hartón del Valle –de la granja Mario González Aranda– y 94 de Lucerna, de la Reserva Natural El Hatico, en El Cerrito, y de la Hacienda Lucerna, ubicada en Bugalagrande, lugar de origen de la raza y en donde sus impulsores le dieron el nombre, ambas con una temperatura promedio de 24 oC y en condiciones de alimentación y sanidad similares.
Los resultados revelaron que Lucerna posee una diversidad genética más amplia que Hartón del Valle, lo que la convierte en una candidata prometedora para programas de mejoramiento genético. “Aunque ambas poblaciones presentan signos de endogamia reciente, Lucerna posee una base genética más amplia y variada”, informa la zootecnista Montoya.
En términos de productividad lechera y capacidad reproductiva, con una producción promedio de leche de casi 3.000 litros por lactancia y un intervalo entre partos de 392 días cercano al ideal (que es tener un parto al año por bovino), Lucerna demostró un alto potencial productivo.
Ante estos los resultados, los investigadores hacen un llamado para implementar programas de selección basados en valores genéticos para mejorar la producción y la adaptabilidad del ganado Lucerna. También recomiendan mantener la vigilancia de la endogamia e introducir nuevos genes para preservar la diversidad genética de ambas razas y garantizar así su sostenibilidad a largo plazo.