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Artes y Culturas

"Quebrantos" revive a los líderes sociales en la Plaza de Bolívar

  • Civiles y líderes sociales y comunales de diferentes regiones le dieron vida a la obra 'Quebrantos'. Fotos: Luis Palacios ' Unimedios

  • La artista Doris Salcedo es la autora y gestora de esta obra, que busca no olvidar a los líderes asesinados.

  • 'Quebrantos' es una acción de duelo monumental que enaltece y honra la memoria de los líderes asesinados.

  • En la Plaza de Bolívar se escribieron 165 nombres de los cerca de 470 líderes asesinados en Colombia.

  • María Belén Sáenz de Ibarra, directora de Patrimonio Cultural de la UNAL y curadora de la obra.

  • Arquitectos, artistas y diseñadores industriales y gráficos acudieron al llamado.

  • Padre Francisco de Roux, presidente de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad.

  • Desde el principio la acción de duelo se pensó como un ritual y no solo como una técnica para cortar el vidrio.

  • Héctor Gayambueno, indígena emberá-chami de Caldas, viajó con 30 integrantes más de su comunidad para unirse a esta actividad.

  • Esta obra efímera busca evocar las presencias de las víctimas cuya memoria se debate en la fragilidad del olvido.

Más de 300 personas, entre ellas 70 líderes sociales y comunales de diferentes regiones del país, se reunieron en la Plaza de Bolívar para darle vida a esta obra, una monumental acción de duelo que busca enaltecer y honrar la memoria de los líderes asesinados recientemente.

La artista Doris Salcedo, la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad y la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) convocaron a la sociedad civil para participar en la consecución de esta obra efímera que busca evocar la presencia de estas víctimas cuya memoria se debate en la fragilidad del olvido.

"Quebrantos" es un poema fúnebre que se materializó en la Plaza de Bolívar, donde se escribieron 165 nombres de los cerca de 470 líderes asesinados en Colombia. Luego se reescribieron en vidrio fracturado, como metáfora a la ruptura del tejido social que ocurre con estos asesinatos.

"Esta es una acción de duelo para que reflexionemos acerca de estas pérdidas que ocurren con una frecuencia inusitada, para que nos preguntemos qué las genera. Por eso vale la pena que pensemos sobre lo que está ocurriendo, ya que el duelo ha estado restringido a la esfera de lo privado. Sin embargo, como estos asesinatos están ocurriendo a la luz del día, debemos llevar el duelo también al espacio público, para que no sea simplemente la familia llorando en soledad, sino que todos los acompañemos", señaló la artista Doris Salcedo.

Para ella "la guerra no solo hay que pararla, sino humanizarla: las personas fueron asesinadas una vez, pero si las olvidamos, las vamos a asesinar dos veces".

Aunque la convocatoria invitaba a participar a 300 voluntarios para que ayudaran en el proceso, la cifra fue superada. Arquitectos, diseñadores industriales o gráficos y artistas acudieron al llamado, y junto con los líderes sociales cortaron con formaletas el vidrio que configuró cada una de las letras impresas en el piso.

"Allí están los hombres y mujeres que lucharon por las cosas más sagradas: la dignidad de las mujeres, la grandeza de nuestros afros e indígenas, la decisión de proteger los ríos y las selvas, la lucha contra la minería criminal, la determinación de que a la gente no tenían por qué desplazarla", comentó el padre Francisco de Roux, presidente de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad.

Por su parte María Belén Sáenz de Ibarra, directora de Patrimonio Cultural de la UNAL y curadora de la obra, comentó que "la obra es una imagen monumental, pensada para que traigamos a la vida a estos líderes asesinados, los mantengamos en la memoria y los metamos en el corazón de nuestra vida cotidiana para caminar por la ruta que está construyendo un nuevo país".

Una sociedad que no olvida

Wilmer Miranda, Luis Tarazona, Lucero Jaramillo, Óscar España, José Moreno, Neider Prado y cada uno de los que entregaron su vida por la lucha de una causa común se volvieron protagonistas para decirnos desde su drama que se debe hacer de otra manera.

Desde el comienzo la acción de duelo se pensó como un ritual y no solo como una técnica para cortar el vidrio. Con sus pies sobre las formaletas, los más de 300 voluntarios y los líderes invitados entrelazaban sus brazos para ejercer una fuerza conjunta que rompiera los vidrios. Una forma de romper que simbolizaba un abrazo.

Héctor Gayambueno, indígena emberá-chami de Caldas, viajó con 30 integrantes más de su comunidad para acompañar esta actividad. Él señala que las regiones están viviendo dos clases de paz: una que se firmó en el escritorio, y otra, la de los territorios, "que es la que nos está sembrando de sangre y dolor ante una indiferencia absoluta del Estado".

Este sentimiento es compartido por Tulia Macaria Asprilla, desplazada del Chocó y testigo del hostigamiento a los líderes, quienes, para ella, están haciendo lo que el Estado debería hacer en las regiones: luchar por el bienestar común de la población.

"A los líderes nos miran como enemigos. Para muchos, estamos perjudicando sus intereses porque no permitimos que pasen por encima de la población y de sus derechos", comenta la lideresa.

El evento es un preámbulo de lo que será el Primer Diálogo por la No Repetición "Larga vida a los hombres y mujeres líderes sociales y defensores de derechos humanos", organizado por la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad y a la cual asistirán actores sociales e institucionales, quienes hablarán sobre las violencias que se han perpetrado desde hace varias décadas contra los líderes y que se han agudizado después de la firma del Acuerdo de Paz.