Escudo de la República de Colombia Escudo de la República de Colombia
/Puente San Antonio en Fontibón, monumento histórico en riesgo y sin protección adecuada
Ciudad y Territorio

Puente San Antonio en Fontibón, monumento histórico en riesgo y sin protección adecuada

    Aunque ahora se percibe como un vestigio de otra época, el Puente San Antonio, o Puente del Virrey Solís –ubicado en la calle 17 de Fontibón, al occidente de Bogotá– solía formar parte de una infraestructura vital que conectaba las comunidades aledañas con la capital. El análisis de documentos, grabados y relatos orales sirvió tanto para reconstruir su evolución como para sugerir su posible reubicación, de manera que se pueda asegurar su preservación y relevancia en el espacio público.

    Desde su reconocimiento en 1975 como Bien de Interés Cultural (BIC), el Puente San Antonio ha estado presente en momentos clave de la historia urbana y comercial de Bogotá. En épocas pasadas formaba parte del “Camellón de Occidente”, una ruta comercial que conectaba la capital con el río Magdalena.

    La arquitecta Lina María Calderón González, magíster en Conservación del Patrimonio Cultural Inmueble de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), inició su investigación con un análisis histórico y documental, para lo cual consultó registros como el Archivo General de la Nación y la Biblioteca Luis Ángel Arango.

    Allí encontró documentos que revelan que el Puente ha pasado por diversas transformaciones, desde una versión inicial en madera hasta su construcción actual en calicanto, antigua técnica de construcción que combina piedras y un mortero de cal (una especie de cemento hecho con caliza) y que era una forma habitual de construir estructuras duraderas como puentes y muros.

    “Grabados antiguos y relatos orales sirvieron para documentar las múltiples fases de construcción y los cambios que el Puente ha experimentado a lo largo de los siglos”, anota la investigadora.

    Valioso pasado

    El proyecto de investigación comenzó con una búsqueda extensa de fuentes históricas para entender mejor el pasado del Puente. En esta etapa se identificaron pinturas y grabados que datan de mediados del siglo XVI, en los cuales se aprecia un primer esbozo de lo que pudo haber sido el puente original, construido en madera.

    También se hallaron registros de posteriores intervenciones realizadas entre los siglos XVIII y XIX, cuando el puente fue modificado con técnicas de construcción avanzadas para la época, como el uso de calicanto y ladrillo.

    Uno de los aspectos más interesantes fue el trabajo de campo realizado en el Puente, en donde se efectuaron estudios de caracterización arquitectónica (valor del patrimonio de la estructura), se midieron las dimensiones y se documentaron las condiciones estructurales actuales; estas revelaron serias deficiencias como grietas, desgaste en los materiales y pérdida de algunos de sus ornamentos originales, que son los detalles o elementos decorativos que se añaden a una construcción con fines estéticos.

    La magíster destaca la importancia de los relatos orales en la construcción de la historia no oficial del Puente, como el testimonio de un vecino que lleva más de 30 años viendo cambios en la estructura y el entorno inmediato de la obra.

    Durante el proceso se realizaron levantamientos planimétricos, que se refieren a un conjunto de planos que representan las características de un terreno. En este caso se usaron para analizar el entorno urbano del Puente, es decir cómo está ubicado en relación con las calles, áreas verdes y otros elementos de la ciudad. También se hicieron análisis urbanos con el objetivo de entender cómo encaja el Puente en el actual espacio público de Bogotá, especialmente en el contexto de las recientes intervenciones viales en la calle 13 y la Avenida Longitudinal de Occidente (ALO).

    Uno de los problemas más graves que enfrenta el Puente San Antonio es la falta de un áreade influencia bien definida. Este concepto se refiere a una zona alrededor de un Bien Cultural que debe ser protegida para evitar construcciones o cambios en el entorno que puedan afectar negativamente su conservación. En este caso, la falta de una protección efectiva ha permitido que el entorno del Puente se urbanice sin control, acelerando su deterioro.

    Reubicación piedra a piedra

    El análisis detallado de la investigación reveló que el Puente no cuenta con las condiciones estructurales necesarias para soportar el tráfico vehicular que actualmente circula por la vía. A pesar de estar declarado como BIC, no tiene un área de influencia adecuada que garantice su preservación, por eso una de las propuestas más innovadoras del estudio es reubicar el Puente dentro del mismo sector.

    La idea es mover el puente unos 20 m hacia una zona verde cercana, donde podría integrarse mejor con el espacio público.

    La propuesta incluye una intervención cuidadosa para desmontar el Puente piedra por piedra y reconstruirlo en un sitio donde no esté expuesto al deterioro por el tráfico y pueda ser apreciado como patrimonio cultural. Este movimiento permitiría además reforzar la conciencia de la comunidad sobre la importancia histórica del Puente.

    El estudio del Puente San Antonio busca no solo proteger una pieza clave del patrimonio cultural colombiano, sino también resaltar la importancia de integrar estos monumentos en el paisaje urbano moderno.

    La investigación proporciona una base sólida para futuras intervenciones, destacando la necesidad de un enfoque interdisciplinario que incluya aspectos arquitectónicos, históricos y comunitarios. En última instancia, la reubicación y conservación del Puente permitirían que la comunidad de Fontibón recupere y valore un pasaje significativo de su historia.

    Además, como parte de la difusión de los resultados, la investigadora creó el pódcast Voces del Puente: Memorias que cruzan el tiempo, donde se narra su historia y se comparten los relatos de la comunidad local, resaltando la relevancia de preservar estos testimonios orales para futuras generaciones.