¿Pueden las finanzas moldear la perspectiva económica y la vida cotidiana de los colombianos?
Durante las últimas décadas el modelo económico ha experimentado cambios significativos. Foto: archivo Unimedios.
Los hogares colombianos se ven afectados por el aumento del endeudamiento para cubrir gastos básicos. Foto: archivo Unimedios.
Expertos señalan que la economía colombiana está en una fase “contractiva”. Foto: archivo Unimedios.
Se requieren medidas como programas de educación financiera y una mayor regulación de los mercados financieros. Foto: archivo Unimedios.
Aída Patricia Calvo Villada, candidata a Doctora en Ciencias Económicas de la UNAL. Foto: Aída Patricia Calvo Villada, doctora en Ciencias Económicas de la UNAL.
Tal vez usted ha notado que en los últimos años le es más difícil ahorrar dinero, adquirir una vivienda o simplemente mantener un estilo de vida “estable”; detrás de eso hay una explicación económica y contable. Aída Patricia Calvo Villada, candidata a Doctora en Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), explica que “se trata de un proceso de transición en el que las finanzas y los mercados financieros han adquirido un papel importante en la economía global”.
Su estudio, que tuvo mención meritoria, combinó análisis teóricos, contextuales, datos empíricos y la explicación a través de un modelo econométrico que aborda variables financieras como el flujo de efectivo, la utilidad operacional, el pasivo a largo plazo, el ingreso no operacional y los pagos financieros y dividendos. A través de ellos se propuso analizar la dinámica de las empresas no financieras en el proceso de “financiarización prematura” en Colombia entre 1995-2015.
Basándose en la teoría francesa de regulación económica, que examina los regímenes de acumulación en las economías capitalistas, la profesora Calvo analizó un cambio significativo en Colombia: la transición de un régimen industrial orientado por el Estado hacia uno dominado por las finanzas globales.
“Este cambio ha desencadenado dinámicas de endeudamiento e incertidumbre en vez de una participación activa en los mercados financieros”, dice la investigadora.
Según lo sugiere el estudio, en la generación de riqueza se ha venido presenciando un cambio de paradigma, es decir que en vez de enfocarse en la producción de bienes tangibles y servicios útiles, se priorizan los productos financieros que ofrecen la posibilidad de rendimientos rápidos, pero que suelen ser volátiles y no contribuyen directamente al crecimiento de la economía real.
Entre esos productos se encuentran las operaciones de alto riesgo en los mercados de valores, y las inversiones en criptomonedas y bienes raíces que no se adquieren con el propósito de utilizarlos o alquilarlos, sino con la intención de venderlos rápidamente a un precio más elevado.
“A finales de los años 90 e inicios del siglo XXI la promesa en Colombia era que todos tendríamos la oportunidad de fluir por el mundo entero y generar valor donde fuéramos más competitivos, pero resulta que eso no se ha dado porque las finanzas cobraron un impulso enorme y se volvieron autorreferenciales”, dice la autora del estudio.
Un ejemplo sería que, antes si una empresa tenía como objetivo fabricar productos de calidad y reinvertir las ganancias en la expansión de sus operaciones, además de crear empleos, ahora, en la era de las finanzas globales o financiarización, esta empresa podría verse tentada a desviar sus recursos hacia inversiones financieras en vez de destinarlos a su actividad principal.
Como parte de su metodología de estudio, la investigadora recopiló y analizó una base de datos con información financiera de las 1.000 empresas que reportaron mayores ingresos en un periodo de 20 años, lo cual le proporcionó las evidencias empíricas para respaldar las conclusiones del estudio.
Uno de los hallazgos más significativos fue la coincidencia de un mayor endeudamiento en los periodos en los que se dieron crisis financieras globales, y también se identificó una disminución en la variación de la inversión en propiedad planta y equipo de las empresas no financieras. Estos resultados confirmaron la teoría de la que partió el estudio.
“El flujo de efectivo es un indicador crucial de la salud financiera de una empresa y su capacidad para financiar inversiones futuras. Una alta utilidad operacional puede indicar una empresa sólida y rentable, lo que podría aumentar su capacidad para invertir en nuevas oportunidades”, sustenta la experta.
Además, el estudio enfatiza en que la financiarización ha contribuido al aumento del endeudamiento individual y estatal. A menudo los Gobiernos recurren a la emisión de deuda para financiar sus proyectos y programas, mientras que los hogares se ven obligados a solicitar préstamos y tarjetas de crédito para cubrir sus gastos básicos.
“Un ejemplo cercano es el de los estudiantes universitarios; muchos de ellos se ven obligados a endeudarse para poder costear sus estudios con la esperanza de que una educación superior les permita acceder a mejores oportunidades laborales en el futuro. Sin embargo, esta deuda puede convertirse en una carga que los acompañe durante años, limitando su capacidad de ahorro e inversión en otros aspectos de sus vidas”, precisa la experta.
Ante esta situación, la investigadora enfatiza en que es crucial que los Estados, las empresas y la ciudadanía tomen medidas para reconfigurar nuevos acuerdos en torno a las dinámicas económicas que impactan los intereses de la sociedad en su conjunto. “Esto puede implicar una mayor regulación de los mercados financieros, incentivos para la inversión en la economía real y programas de educación financiera que les permitan a las personas tomar decisiones informadas sobre sus finanzas personales”, manifiesta.