Este proyecto arquitectónico se ejecuta a través de un convenio suscrito entre la Universidad Nacional de Colombia Sede Manizales y la Universidad de Florencia (Italia), el cual contempla una investigación relacionada con la guadua y su sustentabilidad.
Dicho trabajo, dirigido por el docente José Fernando Muñoz, contó con la asistencia e investigación de la estudiante italiana Martina Dal Savio, quien se hizo al frente de la propuesta desde mediados de este año, motivada por reinterpretar la guadua fusionada con muros secos y bahareque encementado.
"Es un diseño novedoso que plantea la posibilidad de utilizar paneles industrializados para reforzar la estructura de bahareque que se fusiona con la guadua", indicó el docente Muñoz, del programa de Arquitectura y Urbanismo, quien agregó que su colega Michele Paradiso, desde Florencia, apoya el proceso de investigación aplicada.
En un principio, el estudio contempló la posibilidad de diseñar el hostal con la técnica tradicional del bahareque que incluyera tierra, tabla y cemento, por disposición de los dueños del predio. No obstante, basados en investigaciones anteriores, se dio un giro que llevó a los creativos a redireccionar la propuesta.
"La guadua posee una resistencia natural que ha sido reforzada con platinas metálicas que la industria local está elaborando", dijo el docente.
Para la estudiante extranjera, el proyecto arquitectónico está combinado con la aplicación de un sistema de energía renovable que se adquiere a través de paneles solares. "En sí se plantea un modelo de etnoturismo, con una edificación abierta al paisaje, de frente y en torno a él, que permite que se fusionen, aprovechando las radiaciones solares para generar energía".
Como reciente antecedente hubo una investigación en la cual participaron ambas universidades, y que sirvió de base a la presente, sustentada en un prototipo de casa campesina teniendo como foco de estudio la guadua, la tierra y los amarres naturales.
"En ese estudio evidenciamos que las fibras vegetales, como la popularmente llamada tripa de perro, no afectan la guadua, lo que pasa es que la industria los olvidó; sin embargo, seguimos utilizando la cabuya", anotó el docente Muñoz, quien durante los últimos 25 años se ha dedicado a la investigación de las culturas técnicas en la arquitectura, argumentando que el origen del Decreto 052 del 2012, sobre el bahareque encementado contemporáneo, tuvo como escenario académico lo adelantado en el tema.
De exportación
Los conocimientos adquiridos en la inspección de campo y en el laboratorio llevaron a la estudiante Martina a ventilar la posibilidad de adaptar un modelo similar en su natal Florencia. "Este prototipo de construcciones en el campo o en zonas rurales podría adaptarse a las necesidades y condiciones de países como el mío, teniendo como salvedad que la guadua no se da allá, pero la técnica es aplicable en otras maderas", describió la estudiante que retornó al país europeo.
A la guadua se le atribuyen poderes sismorresistentes por las fibras longitudinales que facilitan su tensión paralela, así como por su dureza y durabilidad. También favorece el ciclo del agua, al tiempo que le brinda protección a la tierra frente a erosiones.
Según la Sociedad Colombiana de Bambú, en el país existen alrededor de 55.000 hectáreas de esta versátil planta.