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Política y Sociedad

Protocolo entrena a líderes comunitarias que apoyan a víctimas de violencia

    La guía, que consta de 3 módulos desarrollados en 6 sesiones, se implementó en un taller con 15 líderes sociales y activistas comunitarias, quienes un mes después de su aplicación afirmaron que se sienten preparadas para ofrecer primeros auxilios psicológicos en casos de violencia machista y sexual, evitando así la revictimización.

    En Colombia al menos una mujer muere cada día a causa de la violencia machista. Según el Reporte Dinámico Feminicidios Colombia, en 2023 se registraron 410 feminicidios, y en lo que va de 2024 las “duplas de género” de la Defensoría del Pueblo han contabilizado 28 tentativas y 2 feminicidios consumados, lo que le ha llevado a pedir medidas urgentes para eliminar las barreras institucionales y mayor protección para las mujeres en el país.

    Con respecto a la violencia sexual, según los reportes de la Estadística Delictiva de la Policía Nacional, entre enero y agosto de 2023se presentaron en el país 8.295 delitos sexuales contra menores de edad, de los cuales 4.605 fueron contra niños y niñas y 3.690 contra adolescentes.

    Esta cifra solo refleja una parte del problema, ya que muchas otras formas de violencia de género y sexual no se denuncian, ya que esta abarca una amplia gama de actos que infligen daño o sufrimiento a personas por su género o identidad sexual. Según el Boletín - Violencia contra la población LGTBIQ+en Colombia,de la Fundación Pares, entre 2021 y 2022 se registraron 3.624 personas que sufrieron amenazas, 1.725 discriminación y hostigamiento, y 350 fueron asesinadas.

    Las consecuencias de tales acciones son desbastadoras, pues quienes las han experimentado en carne propia sufren daños físicos, psicológicos y sociales que afectan su salud, educación, trabajo e incluso la forma en que se relacionan, sin mencionar el miedo y la inseguridad con la que tienen que convivir.

    Por eso en muchas comunidades hay líderes y activistas que constantemente brindan herramientas a quienes atraviesan por estas situaciones tan complejas. Sin embargo, algunos casos no dan los mismos frutos esperados, y con ello estas gestoras de apoyo llegan a sentir frustración, agotamiento y otras cargas emocionales.

    Yeraldín Fernanda Farfán Díaz, magíster en Psicología de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), diseñó protocolo de atención para líderes comunitarias que trabajan con víctimas de violencia de género y sexual, mediante el cual busca generar estrategias para que ellas puedan acompañar a las víctimas de forma efectiva.

    A la herramienta se le atribuye el concepto de “paraprofesional”,lo que quiere decir que es para trabajadores sociales, ayudantes o colaboradores de la intervención social. Se basa en cuatro pasos:

    1. Escucha activa: permite que la persona exprese sus emociones y experiencias sin interrupciones.
    2. Empoderamiento: ayuda a la persona a identificar sus necesidades y recursos.
    3. Búsqueda de soluciones: plantea que se dé una colaboración con la persona para encontrar soluciones prácticas a sus problemas.
    4. Recuperación del control: ayuda a la persona a recuperar el control de su situación.

    Para su implementación se realizaron 3 módulos en 6 sesiones, en las cuales la experta se centró en que las lideresas comprendieran las violencias basadas en género y las habilidades personales necesarias para proporcionar apoyo. “También se profundizó en la aplicación de primeros auxilios psicológicos y se les enseñó a las participantes a escuchar activamente, empoderar a las víctimas, buscar soluciones prácticas y garantizar su seguridad”, anota.

    Agrega que, “la idea es que las mujeres que han sido formadas en este protocolo sean una red de apoyo comunitario para otras mujeres que necesiten ayuda”. Con esta estrategia se busca evitar la revictimización y garantizar que las víctimas reciban el apoyo necesario de manera inmediata y empática.

    Dentro de los factores clave de este desarrollo está el enfoque en la prevención de la fatiga por compasión y el autocuidado de las personas que brindan el apoyo. “Se reconoce que el trabajo con víctimas de violencia de género puede ser emocionalmente agotador, por lo que se enfatiza en la importancia de cuidar también a las personas que brindan apoyo”, dice la investigadora Farfán.

    Así se aplicó

    El protocolo se desarrolló con base en la experiencia de la magíster trabajando con mujeres que han sido víctimas de violencia. Se implementó en un taller con 15 líderes sociales y activistas comunitarias, y se evaluó mediante un seguimiento a un mes después del taller.

    Se utilizaron varios juegos y actividades diseñados puntualmente para fomentar el aprendizaje práctico y la reflexión sobre los conceptos clave relacionados con los primeros auxilios psicológicos en casos de violencia de género.

    Uno de ellos, denominado “perseverancia”, es una actividad en la que se formaron grupos de una líder y cuatro participantes que tenían que caminar con los ojos vendados siguiendo las instrucciones de la líder hasta llegar a la meta.

    El objetivo era fortalecer la perseverancia en las participantes, especialmente en situaciones de frustración y enojo. “Muchas mujeres que han sufrido violencia, a pesar del apoyo de su red, siguen en la misma situación, lo que genera frustración. La idea del juego es que fortalezcan su perseverancia y aprendan a manejar esas sensaciones”, menciona.

    Para la magíster, el principal impacto del protocolo fue que las participantes se sintieron más seguras y mejor preparadas para brindarles apoyo a las mujeres que han sido víctimas de violencia. “También notamos una mayor comprensión del enfoque feminista en la atención a las violencias basadas en género”, indica la profesional.

    Aquí se pueden ver más detalles de la investigación: https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/85613