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Desarrollo Rural

Productores de palma en Cesar se están avispando con el control de plagas

    Aunque la picadura de la abeja de la miel puede ser mucho más riesgosa que la de una avispa, el imaginario hace que se relegue a estos insectos y se desconozca su valor ecosistémico. Una serie de investigaciones podrían revertir este prejuicio al mostrar el potencial de las avispas para atacar plagas de cultivos como la palma en distintas regiones del país, enseñándoles a los agricultores y productores que las avispas sociales pueden ser aliadas para disminuir pérdidas, aumentar la eficiencia de los cultivos y evitar el uso de insecticidas.

    Tal vez no es gratuita la expresión “avíspese”, que significa estar atento, no retrasarse y mejorar, ya que regularmente estos insectos son muy veloces y se mueven entre los cultivos en busca de presas para su colonia. De hecho en Colombia existen cerca de 230 especies de avispas sociales que por lo general han pasado desapercibidas para los estudios en control de plagas; sin embargo eso está cambiando, en parte gracias a la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).

    Según la Corporación Centro de Investigación en Palma de Aceite (Cenipalma), en Colombia hay 7.000 productores de palma, de los cuales el 72 % son pequeños cultivadores que tienen en promedio cultivos de 8,6 hectáreas, y además según el ranking de producción de aceite de palma el país ocupa el cuarto puesto en el mundo y el primero en Latinoamérica.

    Con un grupo de expertos, el profesor Carlos Eduardo Sarmiento Monroy, del Instituto de Ciencias Naturales (ICN), director del Museo de Historia Natural (MHN) de la UNAL, está trabajando con empresas del cultivo de palma de aceite para concientizarlos sobre el potencial que ofrecen estas avispas para sus fincas, y diseñar y construir en un futuro estrategias para aprovechar estos insectos para que ataquen las plagas cuando sea necesario.

    La mariposa Opsiphanes cassina, que habita en varias regiones de Suramérica, es uno de los principales enemigos de estos cultivos; de hecho está en la lista roja de la Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite (Fedepalma), ya que sus larvas se alimentan de las hojas de las plantas haciendo que se dañen y caigan de manera prematura, proceso conocido como “defoliación grave”.

    Aliadas en el control de plagas

    En una finca con cerca de 5.600 hectáreas de palma se realizó un diagnóstico de lo que estaba ocurriendo con las avispas sociales y el control de plagas, y se encontró que 3 de estas especies son las más abundantes y además atacan las larvas de la mariposa O. cassina.

    Hoy en la agricultura se emplean diversos insecticidas que a largo plazo no son beneficiosos para la salud, el medio, e incluso el cultivo; muchas organizaciones internacionales y Estados están atentos a toda la cadena de producción antes de autorizar su compra e importación, teniendo como foco un uso responsable o restringido de estos químicos.

    El método que se está desarrollando para la palma se basa en estudiar con detenimiento los hábitos de las especies de avispas sociales de la zona y ofrecerles espacios para anidación dentro del cultivo distintos a las palmas; así permanecen en el cultivo y cazan las larvas sin interferir con las labores de cosecha y manejo de la planta.

    Según el profesor Sarmiento, “aunque en el país ha habido iniciativas para este problema, no se han consolidado por el desconocimiento de las especies y el temor generalizado de las personas, por lo que se busca concientizar a los trabajadores de estos cultivos y ofrecerles estrategias para proteger los ecosistemas. Para anidar, las avispas requieren sitios boscosos y cercanos a fuentes de agua que utilizan para elaborar el material con el que construyen sus nidos.

    El convenio entre la empresa y la Facultad de Ciencias de la UNAL se dio hace seis meses y ya está empezando a rendir frutos. El profesor relata una curiosa historia que sirvió para que uno de los productores se diera cuenta de la importancia de estos insectos: “estando en la plantación uno de los trabajadores se mostró escéptico sobre el potencial de las avispas, pero justo cuando hablaba una avispa social pasó con una larva de estas mariposas en la mandíbula, lo cual le demostró que efectivamente se alimentan de ellas y ayudan así al cultivo”.

    En Suramérica, Brasil lidera estas investigaciones con aplicaciones en cultivos forestales y otros como maíz; hace dos años tuvo un problema asociado con plagas en cultivos de café, y estudios demostraron que las avispas sociales son clave para resolverlo pues buscan y depredan muchas larvas de la plaga.

    “En cada región existe una dinámica particular, una especie de avispa social distinta y un cultivo diferente, por lo que es necesario hacer trabajos de investigación previos en distintos puntos del país para caracterizar la presencia de estos insectos, evaluar su potencial y desarrollar la técnica correspondiente”, concluye el profesor Sarmiento.