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Educación

Prácticas sostenibles y educación ambiental, apuesta de las mentorías con comunidades u'wa

    En el corregimiento Samoré del municipio de Toledo (Norte de Santander) se han integrado y fortalecido diversos saberes a través del plan de estudios de la Institución Etnoeducativa U'wa Izketa Segovia, mediante la implementación de biodigestores, cultivos de lombrices y compostaje. Este proyecto de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Orinoquia promueve el aprendizaje contextualizado y el desarrollo sostenible en la región, respetando y potenciando las prácticas ancestrales de la comunidad.

    Durante la ejecución de esta iniciativa se han realizado capacitaciones en tres áreas fundamentales: fabricación de un biodigestor pedagógico, construcción de una pequeña cama de lombricultivo, y adecuación de un espacio para el reconocimiento de las fases del compostaje, conocimientos que les permitirán a los estudiantes replicar estas prácticas a gran escala en sus comunidades, fortaleciendo su autonomía y sostenibilidad.

    El proyecto, liderado por el profesor Óscar Eduardo Suárez Moreno y el ingeniero agrónomo Jesús Ariel Farías, egresado del Programa Especial de Admisión y Movilidad Académica (Peama) de la Sede Orinoquia, contó con sesiones pedagógicas dirigidas a directivas, docentes y estudiantes de la institución educativa.

    El ejercicio empezó con la explicación y el diseño del biodigestor, detallando sus funciones y beneficios para la comunidad. Este dispositivo se presenta no solo como una herramienta educativa sino también como una solución ambiental para la producción de biogás y fertilizantes orgánicos, ya que sustituyen prácticas como la quema de leña, que impacta negativamente la salud humana y del medioambiente.

    Uno de los principales objetivos de estas capacitaciones es fomentar la producción de lixiviado de lombriz, conocido como uno de los fertilizantes orgánicos más demandados en la industria. En cuanto a la lombricultura, los estudiantes aprendieron sobre el ciclo de vida de la lombriz, su dieta adecuada y la producción de lixiviado en función del pH de la tierra.

    Sobre el compostaje se explicó el proceso natural de descomposición acelerada de la materia orgánica, resaltando las fases mesófila y termófila, y cómo estos procesos contribuyen al mejoramiento de la calidad del suelo.

    Conocimientos adaptados a planes de estudio

    Además, el trabajo colaborativo con la docente María Alejandra Frasco Aguirre, del área agropecuaria del colegio, permitió adaptar los conocimientos adquiridos a los planes de estudio sin afectar el desarrollo académico de los estudiantes.

    El aprendizaje práctico y teórico sobre la construcción de biodigestores y el manejo de lombricultura y compostaje les ha permitido a los estudiantes u'wa entender procesos científicos como la digestión anaerobia, en la que los microorganismos descomponen materia orgánica en ausencia de oxígeno, produciendo biogás y fertilizantes orgánicos.

    Dicho conocimiento tiene un gran potencial para transformar la vida de la comunidad, ya que ofrece una fuente de energía alternativa que reduce la dependencia de la quema de leña, minimizando la deforestación y mejorando la salud respiratoria de los habitantes.

    El proyecto también ha fortalecido las capacidades pedagógicas de los docentes, quienes podrán continuar con estos procesos de enseñanza en el futuro. La integración de saberes ancestrales con conocimientos científicos es esencial para promover el desarrollo sostenible y la autonomía de la comunidad u'wa.

    El ingeniero Farías destaca que “al capacitar a los jóvenes u'wa en biotecnología y agroecología estamos abriendo nuevas oportunidades de empleo y emprendimiento en áreas sostenibles, lo cual les permite no solo generar ingresos sino también empoderar a sus comunidades al ofrecerles recursos propios para el desarrollo local.”

    A pesar de las dificultades de acceso a algunas de estas comunidades, debido a su ubicación y a la falta de servicio de transporte, el proyecto ha logrado llegar a diferentes instituciones educativas de la región. En 2024 benefició instituciones de Cravo Norte y La Pesquera (Arauca), los corregimientos de Gibraltar y Samoré en Toledo (Norte de Santander), y en Cubará (Boyacá).

    De igual manera, al integrar prácticas sostenibles al currículo educativo, se contribuye a fortalecer la identidad cultural y se potencia la motivación y el rendimiento académico de los estudiantes.

    La profesora Liseth Garcés Aguablanca, rectora de la Institución Etnoeducativa U’wa Izketa, menciona que “es importante generar espacios de aprendizaje a través de proyectos pedagógicos que articulen los conocimientos culturales, permitiendo incentivar la investigación integral y fomentar el aprendizaje significativo”.

    Además enfatiza en la capacitación de dinamizadores pedagógicos en diversas estrategias que mejoran la producción y eficiencia de las unidades productivas.