Solo el 12 por ciento de la población colombiana bachiller ha cursado un programa de posgrado, esto a pesar de que el Instituto Internacional de la Unesco para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (Iesalc) expone que las maestrías y doctorados son un recurso imprescindible de los países para la superación de las brechas científicas y tecnológicas.
La Universidad Nacional de Colombia cuenta con 4.188 estudiantes de maestría, 712 de doctorado, 875 que cursan especializaciones y 48 que adelantan especialidades (equivalentes a las maestrías en las áreas de la salud).
En total son 5.823 personas que, en palabras del rector de la Universidad, profesor Moisés Wasserman Lerner, están generando un conocimiento relevante para generar un impacto en la proyección de Nación.
"Cuando el Gobierno habla de cobertura y lo mide por cabezas, le sale más barato producir técnicos que producir doctores. Pero cuando uno ve la proyección, es absolutamente indudable que hay que apostarle a los posgrados. Incluso, desde el punto de vista del simple desarrollo personal", expresó el profesor Wasserman Lerner.
El problema no es solo colombiano. Estudios realizados por la Universidad Católica de Chile revelan que solo el 13 por ciento de poco más de 2.000 universidades e instituciones de educación superior en América Latina y el Caribe tienen capacidad para formar doctores e investigadores. De hecho, no llegan a 2.000 los programas de doctorado que se ofrecen y buena parte de esta oferta se concentra en Brasil, México, Chile, Cuba, Argentina y Venezuela.
Según el Consejo Nacional de Acreditación de Colombia, en todo el país, a diciembre 31 de 2007, se habían graduado de programas de posgrado 584 personas. El 47,3 por ciento provienen de las Ciencias Naturales y Matemáticas; el 12,5 por ciento de Ingeniería y Arquitectura; el 10,4 por ciento de Filosofía y Teología; el 9,2 por ciento de Ciencias de la Educación; el 7,4 por ciento de Ciencias de la Agronomía y Veterinaria; el 6 por ciento de Ciencias Sociales y Humanas; el 5 por ciento de Ciencias de la Salud; el 1,2 por ciento de Derecho; y el 1 por ciento de Economía y Administración.
En el caso de la Universidad Nacional de Colombia, de acuerdo con datos de la oficina de Planeación, hoy la Institución tiene una buena apuesta por los posgrados de vocación científica. Solo en la Sede Bogotá, la Facultad de Ciencias Básicas reporta 1.232 estudiantes de posgrado, que es la mayor representación frente a las demás facultades. Cabe destacar que las 11 facultades que tiene la UN en la capital de la República ofrecen programas de maestría.
Cuando se habla de qué es lo que necesitan los países para su desarrollo, existe la polémica sobre lo que quieren los líderes políticos y lo que proponen las instituciones de educación superior. El rector Moisés Wasserman considera que, por fortuna, las tareas de los gobiernos y de las universidades han sido distintas históricamente.
"Los gobiernos usualmente tienen objetivos a más corto plazo. Es el caso del Ministerio de Comercio que propone investigar sobre cosméticos, y eso está bien, pero no se puede quedar ahí, debido a que es una visión de gobierno para un momento en la historia, basado en lo que en ese momento se está dando", explicó.
Agrega que el papel de las universidades es siempre dar un paso adelante, con una mirada a largo plazo, que se basa no solo en lo que hay sino también en lo que hace falta. "Eso hace que la universidad explore campos que, posiblemente, en el momento parecen absurdos, pero pocos años después se demuestra que eran los campos importantes que había que desarrollar".
Entre tanto, el director de Programas Curriculares de Posgrados de la Universidad Nacional, Alfonso Correa Motta, explicó que Colombia está en un proceso de mejorar la cobertura en posgrados.
"Hay que decir que el posgrado no es un estudio masivo, aún así la tasa ha aumentado alrededor de 300 por ciento en los últimos cinco años. Hay que tener en cuenta que Colombia se está recuperando de un retraso muy grande. Por ahora estamos poniéndonos al día, no podemos compararnos con Brasil que nos lleva 20 años de experiencia. Sin embargo, hace falta un programa más sistemático, ambicioso y eficaz para los estudios de posgrados".
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