Por una sombrilla que evita la censura en internet, egresada de la UNAL recibe premio internacional
Con su idea, Natalia Rivera, diseñadora industrial de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), y la artista taiwanesa Jung Hsu, compañera de estudios en la Universidad de las Artes de Berlín, proponen una reflexión en torno a los estallidos sociales y las protestas alrededor del mundo, en especial en aquellos lugares donde los regímenes autoritarios utilizan la censura de internet.
Esta herramienta surge de la unión y el diálogo entre dos narrativas que fundamentan la naturaleza del proyecto.
La primera tiene que ver con las manifestaciones prodemocracia en Hong Kong en 2014, donde una sombrilla amarilla se utilizó como símbolo de resistencia e instrumento de ocultamiento ante los controles policiales.
Y por otro lado está inspirada en el concepto de biofilm, “un ecosistema o comunidad microbiana organizada por las bacterias, que les permite ‘crecer ocultas, cubiertas’ cuando el grupo aún no tiene un número suficiente de individuos”, explica la diseñadora Rivera.
Agrega que “se trata de aprender de las bacterias, unos microorganismos que han desarrollado grandes técnicas de ‘comunicación y colaboración’ de forma que pueden actuar al unísono sin un líder”.
La diseñadora industrial explica que “las sombrillas protegían a los manifestantes de los ataques de la policía y ocultaban su identidad de las cámaras; esta fue una noticia muy difundida, lo que nos llevó a preguntarnos acerca de las formas de convergencia de estos procesos que se dan en todo el mundo”.
Por el otro lado, “una sola bacteria es muy pequeña para provocar un efecto en su entorno, por lo que suelen tener comportamientos colectivos, como en el biofilm”.
Este mismo efecto funciona cuando se piensa en los seres humanos: al tener la posibilidad de estar conectados por medio de la sombrilla, los procesos tienen mayor fuerza, ya que es un trabajo conjunto y solidario.
El proyecto pone en discusión el valor que tienen los instrumentos cotidianos, como por ejemplo una sombrilla, que pueden funcionar como un método más óptimo de los manifestantes durante los enfrentamientos con la fuerza pública y las manifestaciones.
“Es un truco hecho para que la sombrilla se convierta en antena parabólica, y con esta se pueda aumentar el rango de conexión; no lleva a que las personas se conecten a internet, sino a una red interna de la comunidad, en donde pueden compartir y almacenar archivos, además de comunicarse”, explica la investigadora.
La ganadora del premio indica que “para crear la parte tecnológica usamos recursos libres de hardware y software que ya habían sido desarrollados, basándonos en las investigaciones de Andrew Mcneill sobre las sombrillas como antena, por lo que son procesos compartidos que es importante que se sigan utilizando”.
Añade que “el propósito del proyecto es que sea un espacio de comunicación autónomo, una estrategia de colaboración, como ocurre con las bacterias”.
Otros de los proyectos destacados y galardonados fueron un avatar virtual que denuncia la injusticia social y un proyecto de camareros robots controlados por personas en condición de discapacidad, el cual busca luchar contra el aislamiento y la soledad de esta población.
La premiación se realizará en la próxima edición del Festival, del 7 al 11 de septiembre de 2022.