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Política de ciencia abierta en Colombia se debe fortalecer

    La política establecida el pasado 3 de agosto por el anterior gobierno, e impulsada por el Ministerio de Ciencia y Tecnología e Innovación (Minciencias), es un primer acercamiento para cerrar brechas en el acceso a la información científica del país y permitir que más personas puedan aprovechar este recurso. Sin embargo, para que sea efectiva, aún se debe seguir evaluando y enriqueciendo.

    Los principales retos encontrados son: la conciliación del acceso abierto de los datos y publicaciones de la ciencia abierta y la lógica mercantil, que forman parte de la dinámica de distintos tipos de revistas, por ejemplo las internacionales; la autonomía de las agendas de investigación de las organizaciones; la marcada falta de inversión que debilita el sistema, y la posibilidad de hablar de un bien común que integre los saberes y avances de toda la sociedad.

    A estas conclusiones llegó un grupo de expertas de distintas organizaciones en la conferencia “Ciencia abierta y políticas públicas: análisis y desafíos en el contexto colombiano”,organizada por el Centro de Pensamiento Universitario Apuesta por el Sur (CPU) de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), en la cual disertaron sobre lo que ha significado esta política y lo que se debe seguir trabajando para aprovecharla al máximo y no tener tantas limitaciones en su implementación.

    La profesora Carolina Jiménez, de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas y Sociales de la UNAL, moderadora del espacio, habló acerca de la importancia de seguir definiendo lo que es la ciencia abierta en el país, teniendo como foco los retos a los que se enfrentan las instituciones de educación superior a la hora de situar y acceder al conocimiento.

    Por su parte Laura Rovelli, integrante del Foro Latinoamericano de Evaluación Científica del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, (Folec–Clacso), señaló que “en los últimos años la región ha empezado a trabajar en mejores políticas para los datos de acceso abierto, teniendo cerca de un 25 % de revistas científicas de acceso diamante (que no requieren pago), con ejemplos importantes en Perú, México, Argentina y Chile, por lo que el paso que ha dado Colombia es muy significativo”.

    Agregó que “para que no tambalee en su implementación, la política se debe enriquecer ajustando los tiempos de ejecución del proceso, fomentando la cultura del diálogo entre la comunidad, y analizando a profundidad cómo se están evaluando estos mecanismos, ya que algunas veces tarifas como el cargo por procesamiento de artículos (CPA) –que en ocasiones se cobra a los autores para que su trabajo esté en acceso abierto– perjudica las iniciativas”.

    Siguiendo esta misma idea, Carolina Botero, directora de la Fundación Karisma, organización que trabaja por la promoción de los derechos humanos en el mundo digital, recalcó la importancia de la ciencia ciudadana –trabajo conjunto entre científicos y personas que no están en ese campo–, la cual se debe incluir en la política con un mayor protagonismo.

    “Si también se trabaja con otros ministerios, como el de Cultura, que tengan enfoques complementarios, tal vez la implementación sea más efectiva, debido a que en realidad tendría en cuenta los sectores que forman parte de la construcción y difusión del conocimiento, yendo más allá de ver a las publicaciones o papers como lo único importante”.

    La profesora Jiménez considera necesario no solo ver cómo la ciencia es abierta, sino cómo se hace ciencia, pensando en el sistema de investigación y en los incentivos que se requieren para fortalecer las redes de participación, para que el acceso adquiera una dimensión más significativa en la población general.

    Por último, Ruth Helena Vallejo, profesora de la Universidad Distrital y exdirectora de la Red Colombiana de Información Científica (RedCol), explicó que desde 2018 Minciencias ha hecho un importante esfuerzo en la consolidación de estas políticas, pero se requiere una evolución para robustecer los sistemas de información científica.

    “En la actualidad no se tiene un mapeo sobre qué hay en cuanto a ciencia abierta en el país, por lo que el trabajo aún está en construcción, y aunque se han logrado consolidar cosas, habrá que esperar cómo el nuevo gobierno desarrolla y mejora está política. Una pregunta que demos hacernos es ¿por qué necesitamos y vamos a hacer ciencia en Colombia?, así se puede enfocar mejor el asunto”, indica la experta Vallejo.

    La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) define la ciencia abierta como un “movimiento para generar un mayor acceso al conocimiento científico, que sea más eficiente, transparente y beneficioso para todos, y que impulse los avances en el mundo digital para que la información esté al alcance de cualquier persona interesada”.