Un acceso vascular para hemodiálisis permite que la sangre viaje por tubos flexibles hacia la máquina de diálisis, en donde se limpia al pasar por un filtro especial denominado "dializador". Existen tres tipos: la fístula, el injerto y el catéter.
Andrea Elena García López, magíster en Epidemiología Clínica de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), señala que el acceso vascular es un factor tan importante para los pacientes con enfermedad renal crónica, que determina por sí mismo el éxito o el fracaso de un programa de la hemodiálisis.
Al respecto, en su trabajo de investigación indica que "el mantenimiento de un acceso vascular funcional sigue siendo un desafío, y aunque sin lugar a dudas es el salvavidas para estos pacientes, infortunadamente, debido a la alta incidencia de su disfunción, también es el "talón de Aquiles" de la hemodiálisis". Su importancia es tal, que en la actualidad constituye la primera causa de ingreso hospitalario en los pacientes en hemodiálisis.
Para conocer la situación real de la práctica cínica en Colombia relacionada con el acceso vascular, la magíster realizó un estudio con 985 pacientes mayores de edad tratados con hemodiálisis en las clínicas del Renal Therapy Services (RTS) de Baxter en Colombia entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2016.
Al respecto, explica que "la muestra seleccionada se dividió por regiones y se realizó un seguimiento de entre 12 y 15 meses. Con los pacientes que ingresaban por primera vez a hemodiálisis se hizo una descripción detallada de las características demográficas y clínicas y se midió si se presentaba o no el evento de falla de acceso vascular. Como falla se definió la necesidad de cambio por infección o por mal flujo del acceso vascular".
Así mismo, con las personas que presentaban estas condiciones se estimó la incidencia del evento y con las variables sociodemográficas, clínicas y de laboratorio que se midieron, se realizó un modelo exploratorio y un análisis de supervivencia para analizar la asociación con el evento.
Lo que pasa cuando los accesos vasculares fallan
El 51,27 % de los 985 pacientes que iniciaron el tratamiento experimentó un cambio de acceso durante el seguimiento, para un total de 1.774 accesos evaluados. De estos, 1.152 (64,9 %) correspondieron a un acceso temporal y 622 (35 %) a un acceso permanente.
El "acceso temporal" es el catéter venoso central que se debería usar temporalmente ya que esta" asociado con mayores complicaciones e infecciones. Sin embargo la falta de funcionalidad de un número significativo de accesos permanentes creados antes del inicio de la hemodiálisis resulta en el uso inicial de dicho tipo de catéter.
Los "accesos permanentes" son los de tipo arteriovenoso, como las fístulas, que se establecen uniendo mediante cirugía una vena a una arteria cercana, generalmente en el brazo, lo que crea un vaso sanguíneo grande con un flujo rápido de sangre, o el injerto de un tubo artificial entre una vena y una arteria cercana en la parte interna del codo o en el brazo.
En los accesos permanentes la incidencia de falla de los pacientes fue 66,3 por cada 100 personas al año y los factores asociados fueron la edad mayor a 65 años (que representaba un riesgo 2,8 veces mayor), la diabetes (con un riesgo 3,4 veces mayor) y la procedencia rural (con un riesgo 17,8 veces mayor); con respecto a este último, la magíster señala que no se había descrito antes en otros estudios.
Las mujeres presentaron un riesgo 3,6 veces mayor en comparación con los hombres y los niveles de hemoglobina se identificaron como un factor protector que disminuye el riesgo de presentar el evento casi en el 30 %.
Con respecto a los factores relacionados con la falla de los "accesos vasculares temporales", se obtuvieron los niveles bajos de hemoglobina (con un riesgo 0,9 veces mayor), la hipertensión (con un riesgo 1,4 veces mayor) y los niveles altos de albumina (con un riesgo 1,2 veces mayor).
Tomar medidas preventivas
Los resultados de este estudio marcan un punto de partida desde el cual se pueden empezar a emplear medidas preventivas que lleven a reducir las fallas en los accesos vasculares de los pacientes con enfermedad renal crónica.
La magíster indica que "las decisiones que se tomen estarían basadas en datos e investigaciones centradas en la población colombiana, y la idea sería tomar medidas preventivas si ya se conocen los riesgos establecidos, como otras alternativas de tratamiento como puede ser la diálisis peritoneal. En caso de que esta no sea una opción viable, se puede optar por un seguimiento más cercano a los pacientes que le permita al médico estar alerta si un paciente tiene un riesgo más alto".