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Planta de compostaje, una apuesta al agro en Arauca

  • En la granja de la UN opera la planta para la obtención de abono orgánico. fotos: archivo particular

  • Aprovechando el procesamiento de humus, se obtiene también abono líquido.

La un Sede Orinoquia cuenta con la única planta de compostaje de una institución de educación superior en el departamento de Arauca. Allí se aprovechan desde los desechos de la cafetería de la institución hasta las hojas de los árboles, para producir abonos, plaguicidas y fertilizantes orgánicos. Las técnicas de producción se socializan con estudiantes, agricultores y ganaderos.

En un área de aproximadamente 360 metros cuadrados, en la granja experimental El Cairo, la UN Sede Orinoquia ha logrado convertir una gran variedad de residuos orgánicos en abono, como alternativa de autosostenibilidad para los cultivadores de la región.


Integrando de forma efectiva los métodos del campo y los estudios agrarios, la granja se ha convertido en el laboratorio para aplicar técnicas agroecológicas en esa zona del país, que cuenta con más de 500.000 hectáreas de tierras aptas para cultivos.

Según el Plan de Desarrollo 2012 del departamento de Arauca, en el 2010 se reportaron 79.775 hectáreas sembradas y 71.436 cosechadas, con una producción de 425.909 toneladas de los cultivos de mayor importancia económica: plátano, cacao, arroz y yuca, entre otros.

Esta granja le apuesta a un modelo natural. Así, las plantas, árboles y arbustos que permanentemente generan desechos, le devuelven al suelo lo prestado y mantienen la humedad. Igual ocurre con los animales, cuyas excretas, que generan gases de efecto invernadero y contaminan la atmósfera, se constituyen en una importante materia prima.

Por ello, los esfuerzos están puestos en el
desarrollo de sistemas autosostenibles en las fincas de la región, como la elaboración de abono orgánico mediante sencillos procedimientos.

Actualmente, El Cairo dispone de la única planta de compostaje con esas características en una institución de educación superior de la región. Hay otra que se encuentra en la granja de la Institución Educativa Concentración de Desarrollo Rural, de Saravena, que cuenta con 900 estudiantes. Sus directivos y alumnos han visitado el complejo de la un y hoy adelantan, con asesoría de la Sede, procesos similares para la elaboración de abono, fungicidas, fertilizantes y controladores de plagas, para uso agrícola y otras actividades agropecuarias.

Según estudios del Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC), el mayor potencial en el suelo de Arauca, en la parte plana, es la actividad ganadera. Además es el décimo departamento de Colombia en producción de ganado bovino, con un inventario estimado de 1.028.500 reses para el 2011. Allí la ganadería es el segundo renglón económico y representa el 20,66 % del PIB y el 4,2 % de la producción del país.

En esos términos, el ganado bovino de las fincas araucanas forma parte del proceso de elaboración de abonos, que pueden ser aprovechados por los propietarios.

Varias técnicas

Dentro de los procesos que desarrolla el Centro de Compostaje figura la obtención de abono a partir de desechos orgánicos, que pueden llegar a pesar en promedio una tonelada al mes. Esta técnica consiste en recolectar los residuos de la cafetería de la Sede, agregarles tierra y taparlos con tela-caucho para que se concentre el calor. Tales ingredientes se siguen agregando durante tres meses y se mezclan cada tres días hasta que el abono esté listo. La etapa de producción con este insumo comienza a los seis meses.

Otra de las estrategias se basa en el uso de lombrices (humus) e inicia con una capa de tierra y con la recolección de excremento de ganado "popularmente conocido como bovinaza", lombrices californianas, melaza y hojas de plantas. Estos elementos se depositan en un recipiente grande y plano que tiene un orificio en el área inferior, para evacuar los líquidos que se producen. Las lombrices inician la tarea de transformación comiéndose la mezcla, la cual se debe regar con agua de melaza cada ocho días, proceso que dura cuatro meses en promedio.

Aprovechando el procesamiento del humus, se obtiene también el abono líquido. A la canasta en la que se encuentran las lombrices se le instala una manguera, a través de la cual se recoge un litro de abono líquido cada mes, según la cantidad de lombrices y el tamaño de la capa de tierra. El producto logrado sirve para fumigar las plantas y proporcionarles propiedades nutritivas que también se suplen con el abono de tierra.

A partir de las hojas, igualmente, se puede obtener abono. Este procedimiento inicia con capas de hojas, bovinaza o gallinaza (excremento de gallinas) y pasto picado. La mezcla se humedece con agua y melaza o con jugo de caña; posteriormente se tapa con tela-caucho y se voltea cada dos u ocho días durante tres meses, tiempo calculado para finalizar el proceso, que se acelera aplicando microorganismos eficientes.

Estos últimos hacen parte de los mejores productos de la granja experimental. Para hacer una mezcla de 500 litros se inicia con 80 kilos de estiércol de caballo, 3 kilos de melaza, 3 a 5 litros de leche, 500 gramos de levadura granulada y 200 litros de agua.

El proceso comienza mezclando agua y estiércol de caballo. Al día siguiente se agrega melaza; un día después se adiciona la leche; y el cuarto y último día se añade la levadura y se mantiene tapada la mezcla.

Se debe garantizar la aireación o agitación, ya sea manual, mecánica, semiautomática o automática, de 15 a 20 minutos en la mañana y en la tarde, durante 45 días, cuando la mezcla de microorganismos eficientes estará lista. El producto alcanzado sirve para recuperar la estructura de los suelos, con una cantidad de 2 a 5 litros por cada 20 de agua.

Venta y enseñanza

La producción de abono a través de todos estos procedimientos es utilizada en la granja y eventualmente se vende a los productores de la región, explica el director del proyecto y profesor investigador de la Sede Orinoquia, Óscar Eduardo Suárez Moreno.

Según el docente, cada mes se producen de 12 a 15 toneladas, aunque el año pasado se vieron obligados a paralizar la actividad por dos meses, debido a que el invierno destruyó la cubierta de la planta. No obstante, mediante la reutilización de demoliciones de la Sede y con donaciones de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales, se ejecutaron las obras de reconstrucción.

Varias instituciones han visitado la granja experimental. Hasta el momento, las técnicas han sido socializadas con el Hogar Juvenil Campesino de Tame y con productores de Vichada, Guaviare y Tauramena (Casanare). Estudiantes del SENA y de la Universidad Cooperativa de Colombia también han adelantado visitas de campo, al igual que los alumnos del colegio Izketa y pobladores de la comunidad indígena U´wa, lo que muestra el alcance de la divulgación de conocimiento en la región.

Para el profesor Suárez, "el proyecto les enseña a los granjeros a lograr rentabilidad con poca inversión y mucha aplicación del conocimiento".