Sin embargo, el director del Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional de Colombia, Gerardo Ardila, aseguró: "En relación con el área de la reserva, es una franja de un ancho de 800 metros, que hace una especie de "S" que sale de Torca 220 hasta Camelot, hasta llegar a la Conejera. Nosotros la hemos dividido en tres partes, una al norte, que está alrededor de la carrera séptima vía Usaquén"Chía; una franja central del sur de Camelot hasta el cerro de la Conejera; y la otra que va desde ahí, que atraviesa Suba"Cota".
"Hay grandes extensiones de pastos que corresponden a propietarios que no viven en la zona. En el sur está él área Corpas, ahí está la producción de flores, hay colegios y la comunidad de Chorrillos, la más importante del área campesina y eso es a lo que se debe prestar atención", agregó Ardila.
El investigador recordó que en 1997 la CAR contrató un estudio, liderado por el investigador Thomas Van der Hammen, que permitiera entender las características de la cuenca alta del río Bogotá, y en ese proceso desarrolló el concepto estructura ecológica principal.
Explicó que allí se planteó la necesidad de hacer unas franjas de conexión que permitieran la conectividad entre los Cerros Orientales con los de Tenjo y Tabio.
Asimismo, Ardila observó que en 1998 se publicaron un libro y ocho mapas, en los cuales se planteaban las características del área, y en el 2000, durante la alcaldía de Enrique Peñalosa, se planteó la necesidad de urbanizar el área y la CAR no estuvo de acuerdo, porque en esa zona del borde norte había una serie de valores ecológicos.
Finalmente, por múltiples razones, la CAR no hizo la declaratoria. En el 2004 un abogado interpone una acción de cumplimiento y el tribunal superior lo apoya, y desde entonces hay una oposición muy grande de los funcionarios del Distrito, hasta que la semana pasada se llevó a cabo dicha declaratoria.
"Nos unimos la Academia Colombiana de Ciencias, la UDCA, el Instituto Geográfico Agustín Codazzi, la CAR, el Instituto de Estudios Urbanos, la Fundación Avina y el programa Bogotá Cómo Vamos e hicimos un estudio del polígono en los ámbitos histórico, geográfico económico y jurídico y le presentamos a la CAR seis escenarios posibles para el plan de manejo", indicó Ardila.
No obstante, Andrea Olaya, directora de planeación de la Secretaría Distrital de Ambiente, consideró: "En el norte hay tres zonas diferentes; en primera instancia encontramos lo que fue declarado como reserva forestal, (otra) productora, que no es un área protegida, y por el norte un área de suelo de expansión urbana. Nosotros como Secretaría no queríamos que se declarara la reserva, porque pensamos que se debía respetar el área rural".
"Lo que se declaró es una reserva productora, inicialmente el uso principal era el forestal; como uso compatible y como los condicionados está la infraestructura de servicios públicos. Sin embargo, no es un área de reserva protegida porque el Plan de Desarrollo establece que son protegidas cuando no se tienen otros usos como los forestales".
Ante esta afirmación, Ardila señaló: "Son claras las preocupaciones por las zonas de floricultores, pero es ahí donde debemos analizar de qué nos vamos a preocupar, si de sembrar eucaliptos o de mirar si conectamos los bosques para que sigan subsistiendo. Es importante reconocer que hay personas que se sienten muy contentas por la declaratoria. Además hay que tomar decisiones serias y responsables".