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Ciencia y Tecnología

Pictografías de Facatativá pertenecen a chamanes del período Precerámico

  • Las pictografías habrían sido hechas por chamanes del período Precerámico. Fotos: Felipe Castaño

  • Las restauradoras interviniendo parte del conjunto pictográfico.

  • Una mirada a los abrigos rocosos del Parque Arqueológico Piedras del Tunjo.

  • José Vicente Rodríguez, director del Laboratorio de Antropología Física de la U.N.

  • María Paula Álvarez, coordinadora del componente de conservación en el proyecto.

  • La arqueóloga Amparo Ariza explicando los hallazgos hechos en el Parque Arqueológico, al alcalde de Facatativá, Orlando Rincón.

  • Las pictografías habrían sido hechas por chamanes que vivieron en la zona.

Estas fueron elaboradas por chamanes de comunidades de cazadores-recolectores y tienen entre 3.000 y 5.000 años de antigüedad.

El profesor José Vicente Rodríguez, director del Laboratorio de Antropología Física de la U.N., dio a conocer este y otros datos durante la entrega oficial de 41 conjuntos restaurados a la Alcaldía de Facatativá, municipio ubicado al occidente de Bogotá. Allí se encuentra el Parque Arqueológico Piedras del Tunjo, lugar en el que se adelantó la recuperación de este importante patrimonio histórico colombiano.

Luego del Precerámico, existió una ocupación del período Herrera, de 2.000 a 3.000 años aproximadamente, que tuvo influencias del valle del río Magdalena. Lo curioso de los hallazgos es que la presencia muisca fue mínima.

Este es el resultado de un proceso desarrollado en el marco de un contrato entre la Universidad Nacional de Colombia (a través de la Facultad de Artes y su Centro de Extensión Académica) y la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) bajo tres objetivos: conservación pictográfica, contextualización arqueológica y socialización con la comunidad.

Sitio de ritualidad

El profesor Rodríguez explicó que las pictografías eran plasmadas con materiales como ocres y dióxido de hierro, y que su contenido era más simbólico que analógico, para que solo ellos lo entendieran.  

Además, dentro del ejercicio arqueológico se encontraron pisos de piedra utilizados en rituales, en los que la comunidad, junto con los chamanes ubicados en ventanas naturales, pedía a los dioses que cesara la furia de la naturaleza, principalmente la presencia de ceniza volcánica, tóxica para el ecosistema.

"La gente tuvo que resguardarse en abrigos rocosos y buscar bajo tierra alimentación, lo que los llevó a desarrollar la cultura de consumo de raíces. El territorio que hoy ocupa el parque podría ser el más antiguo sitio ritual para cazadores-recolectores del país", agregó el docente e investigador.

Tanto los hallazgos de la ocupación precerámica como los del período Herrera forman parte de la tercera excavación hecha en el parque, donde se encontraron 4.400 fragmentos cerámicos y 12.000 artefactos líticos, sostuvo Amparo Ariza, integrante del Grupo de Arqueología de la U.N.

Restauración

Uno de los grandes logros del trabajo fue la recuperación completa de la intensidad de los colores originales de las pictografías, así como la visibilidad de nuevos motivos que anteriormente no se habían podido identificar, pues estaban cubiertos por capas de suciedad, sales y manchas de hollín, entre otros.

"Encontramos principalmente siete que estaban escondidos dentro de capas grandes de grafitis. En estos trabajamos con el microabrasímetro, un equipo que mediante un chorro de arena y un trabajo muy cuidadoso elimina las concreciones más duras", afirmó María Paula Álvarez, líder del equipo de restauradoras.

Dentro de esta labor, se intervinieron más de 1.000 metros de superficies pétreas (en piedra), lo cual convierte al parque en uno de los espacios de arte rupestre más grandes del país.

A pesar del esfuerzo de estas profesionales y del apoyo de algunos pobladores, todavía no hay conciencia en la comunidad sobre el patrimonio que tienen en frente, razón por la cual han aparecido nuevos grafitis en zonas recuperadas.

La entrega de los 41 conjuntos pictográficos se llevó a cabo en presencia del alcalde de Facatativá, Orlando Rincón; el director de la CAR, Alfred Ignacio Ballestero; y el director del Centro de Extensión Académica de la Facultad de Artes de la U.N., José Eduardo Naranjo.

El proyecto cuenta con la interventoría financiera de la Universidad Distrital y la interventoría técnica del Instituto Colombiano de Antropología (ICANH).