Periódico UNAL impreso lanza especial: Es "una locura" no priorizar la salud mental en Colombia

La salud mental fue una de las más afectadas con la pandemia por COVID-19. Las consultas con los especialistas aumentaron sin que esto significara una mejor la atención y una ruta para las personas con trastornos mentales, y mucho menos que los especialistas dieran abasto.

En Colombia, al menos 1.650.000 personas están diagnosticadas con un trastorno mental y son tratadas. Desde 1946, cuando en el país se planteó por primera vez la salud mental como “un problema de locura, higiene y moralidad”, se ha venido trabajando en políticas públicas para manejar trastornos como ansiedad, depresión, esquizofrenia e ideas suicidas. Incluso antes de la pandemia entró en vigencia la nueva Política de Salud Mental (2018) que, según los expertos consultados para este especial, aún es incipiente.

Las cifras para cada trastorno y la poca capacidad del Gobierno para tratarlos a lo largo de los años es preocupante. Por eso el especial “Es una locura no priorizar la salud mental en Colombia” brinda un panorama sobre las políticas públicas de salud mental en el país.

La edición incluye un análisis del profesor Edwin Herazo, psiquiatra y director del Instituto en Salud del Comportamiento Humano de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), sobre el estigma que sufren los pacientes, sus familias y los médicos tratantes, además de los altos costos que representa una persona con trastorno mental para el sistema de salud, y cómo se afectan los diversos grupos humanos de la sociedad con esta problemática.

Según el Departamento Nacional de Planeación, “los problemas y trastornos mentales pueden ocasionar, entre otros, deserción educativa, baja productividad laboral, bajo rendimiento escolar, aumento del consumo de sustancias psicoactivas, aumento en la probabilidad de relación con el delito y desarrollo de enfermedades crónicas que aumentan los efectos nocivos de los problemas de salud mental entre la población”.

Entre los artículos destacados está la investigación del profesor José Ignacio Ruiz-Pérez, del Departamento de Psicología de la UNAL y coordinador del Laboratorio de Psicología Jurídica, quien presenta un estudio que encontró que las personas de estratos más bajos tienen más miedo a ser víctimas de algún delito dentro del hogar, mientras que las de estratos más altos temen a delitos en el espacio público.

También un estudio del psicólogo José Luis Alvarado Gutiérrez, magíster en Investigación en Psicología, que muestra cómo en el sur del Tolima –una región altamente golpeada por el conflicto armado durante los últimos 50 años–, los habitantes de la zonas rurales como Roncesvalles, San Antonio, Ortega, Coyaima, Chaparral, Rioblanco, Ataco y Planadas han recurrido a tener perros guardianes y a enrejar sus viviendas por el “miedo al crimen”, lo cual genera ansiedad.

De igual manera destacan dos artículos que muestran la relación del cerebro con los trastornos mentales. El profesor José Julián López, del Centro de Información de Medicamentos de la UNAL, analiza la otra cara del tratamiento farmacológico y cuáles son las reacciones adversas más frecuentes a este. Y el neurólogo Luis Roberto Amador López cierra el especial con el análisis “El cerebro y su actividad en la ‘sinfonía’ de la salud mental”, el cual muestra cómo diversos factores hacen que el cerebro se active ante un trastorno mental.

Afrocolombianos, indígenas, niños y adolescentes

Estos grupos humanos forman parte de los más afectados por la salud mental. El especial de UN Periódico muestra los casos de estigmatización y racismo estructural que viven las comunidades afro, que incluso discrimina el estudio de su salud mental; jóvenes indígenas de la Amazonia colombiana que abandonan sus rituales ancestrales de protección cuando salen de la zona a estudiar, y jóvenes y adolescentes que a su corta edad han sido diagnosticados con alguna enfermedad mental que los ha llevado a estar en clínicas al menos dos veces al año.

A esto se suman las personas del servicio médico que sufren de burnout o síndrome del quemado por exceso de trabajo. Una investigación señala que los médicos que hacen sus prácticas o rural, bien sea como requisitos de pregrado o posgrado, trabajan hasta 66 horas a la semana y realizan actividades administrativas que los llevan a sentirse “quemados” y marcados de por vida.

Secuelas por accidentes y altos costos de la salud mental

En la UNAL se creó una escala con información suministrada por psicólogos, abogados y trabajadores sociales que permite medir los síntomas que experimenta una persona tras un accidente de tránsito, para que pueda recibir una adecuada atención profesional.

Frente a dicha atención, la profesora Yolanda Torres de Galvis, cofundadora y directora del Centro de Excelencia en Investigación en Salud Mental de la Universidad CES (Medellín), destaca que uno de los problemas principales para tratar a las personas con trastornos mentales es que resulta costoso, y además no existe una ruta clara para abordarlos al inicio, ni cuando ya han desarrollado una enfermedad crónica.

Por último, el especial destaca una entrevista con Epsy Campbell Barr, presidenta de la Comisión de Alto Nivel sobre Salud Mental y COVID-19 de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), quien asegura que “los Gobiernos deben aumentar los presupuestos para atender la salud mental”; y una investigación que plantea cómo la compañía sería el antídoto que ayudaría a la salud mental de los ancianos, evitando que sufran depresión y ansiedad.

¿Cómo actúa el cerebro ante la enfermedad mental?, ¿por qué han sido miopes las políticas para atenderla?, ¿cuáles son los detonantes de los trastornos mentales en la población colombiana? Léalo en esta edición especial de Periódico UNAL que circula este domingo 27 de agosto para suscriptores del periódico El Tiempo.