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Desarrollo Rural

Peligrosos virus diezman producción de tomate

Los geminivirus, que se extendieron desde México por buena parte del continente, son una amenaza latente para una de las hortalizas más consumidas. Al examinar muestras de 22 departamentos, se halló que el 100% de estas estaban infectadas. A partir de técnicas moleculares, por primera vez se tienen datos certeros de la enfermedad en el país.

Debido a su prolongada apariencia fresca y a que es una cotizada materia prima para elaborar pastas, sopas y deshidratados, el tomate es una de las hortalizas más consumidas en el país. Según el Anuario de Frutas y Hortalizas del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (MADR), Colombia tiene 14.855 hectáreas sembradas, que en el 2008 reportaron una producción de 455.693 toneladas.

Los geminivirus, que atacan de forma agresiva a estos cultivos desde 1970 en México, se propagaron rápidamente en el continente hasta llegar a Centro y Sudamérica. Su dispersión es atribuida al calentamiento global, lo cual aumenta las poblaciones de la mosca blanca, el insecto transmisor.

En un proyecto avalado por el MADR, científicos del grupo Interacción Planta, Microorganismo, Ambiente (IPMA), de la Universidad Nacional de Colombia en Palmira, lograron la identificación molecular plena de los Geminiviridae que afectan los cultivos de tomate en el país. Es un hallazgo pionero, debido a que se recolectaron muestras en 22 departamentos, con presencia de la afección en 100% de ellas.

Panorama nacional

Según el doctor Juan Carlos Vaca Vaca, director del proyecto, "el estudio se inició en el 2008 por la preocupación de los productores por las virosis severas de sus siembras. La idea es proponer materiales vegetales resistentes".

En ese sentido, se recolectaron muestras del fruto con síntomas de infección en los departamentos del Valle, Santander, Antioquia, Cundinamarca, Risaralda, Quindío y Boyacá, para hacer un diagnóstico molecular y establecer la identidad plena del perjudicial microorganismo.

"Visitamos 75 fincas ubicadas desde los 655 hasta los 2.184 metros sobre el nivel del mar, dispersas en 24 localidades, con aparatos de GPS y una bitácora donde apuntábamos la sintomatología y la información de los cultivos. Las muestras fueron almacenadas en hielo hasta llegar al Laboratorio de Fitopatología Molecular de la Sede Palmira", afirma la coinvestigadora Karina López.

Es el primer muestreo nacional a este nivel que se hace en Colombia con el fin de conocer el estado real de la enfermedad y establecer sus relaciones filogenéticas, esto es, sus nexos evolutivos con otras reportadas en el mundo, y así evaluar posibles materiales tolerantes o resistentes.

Estudios pioneros

"Inicialmente, se llevó a cabo una técnica de hibridación de ácidos nucleicos (presentes en todas las células), que consiste en utilizar un fragmento de ADN de la cepa como sonda o rastreador para identificar la existencia del virus en una muestra en particular. Luego, empleando la estrategia de Reacción en Cadena de la Polimerasa (enzima capaz de transcribir o replicar ácidos nucleicos), obtuvimos su genoma completo y pudimos establecer su identidad molecular plena", afirma la profesora López.

Los científicos encontraron que los agentes infecciosos que afectan a la hortaliza en el territorio colombiano son bipartitas (de dos componentes), típicos del hemisferio occidental, y son diferentes a los presentes en Estados Unidos, Brasil y México, pero similares a los reportados en Panamá, Venezuela y las islas del Caribe.

"Por primera vez, nuestra investigación revela que hay mezclas de ellos afectando el tomate nacional, hecho que genera mayor inquietud debido a que las combinaciones reportadas entre miembros de esta familia se asocian a una mayor agresividad de la enfermedad", afirma Vaca.

Los resultados tienen un gran valor para la ciencia tanto en lo fitopatológico "ya que si se quiere controlar efectivamente un patógeno se debe empezar por identificar plenamente el virus", como a nivel de técnica, pues es el primer estudio realizado en el país que utiliza herramientas biotecnológicas y moleculares para conocer la identidad y diversidad de los geminivirus.

Según Juan Carlos Vaca, estos ultramicroscópicos sistemas biológicos solían ser identificados por técnicas serológicas (pruebas indirectas) y microscópicas, las cuales no son muy recomendadas para este caso específico porque pueden conducir a diagnósticos erróneos.

Propuestas

Aunque los científicos advierten que, por el momento, las enfermedades virales en plantas son difíciles de erradicar, los productores deben combatirlas con buenas prácticas agrícolas o mediante variedades más fuertes.

"Dado que no se cuenta con semillas resistentes de tomate, desarrollamos un trabajo para identificar en el Banco de Germoplasma (ubicado en Palmira) materiales que demuestren tolerancia al virus con ensayos de inoculación mecánica en invernadero y campo, estudios que pueden tardar mucho tiempo, pero que van por buen camino", afirma el director del proyecto.

Es por ello que en compañía del MADR y la empresa DeFrescura S.A., los expertos elaboraron una cartilla informativa, distribuida de manera gratuita a los productores; a través de esta se les asesora en buenas prácticas agrícolas para proteger sus cultivos, con el fin de reducir la incidencia que tienen los geminivirus.

"Se debe detectar la presencia de la mosca blanca en las siembras y buscar los síntomas típicos; luego, implementar acciones sencillas como limpieza y desinfección de instrumentos, aplicación adecuada de productos químicos o biológicos para el control de insectos y la eliminación de las plantas afectadas, entre otros procedimientos", determina Vaca.