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Peces de la Orinoquia, diversos y amenazados

    Un trabajo de investigación que halló 64 nuevos registros de peces para las sabanas inundables de Arauca, 3 para el área de la serranía del Manacacías (Meta) y 9 especies nuevas para las selvas transicionales de Cumaribo (Vichada) muestra la diversidad de peces de agua dulce que tiene la región. Sin embargo, esta se ve amenazada por la destrucción del hábitat, el cambio climático, la contaminación y las especies invasoras.

    Con más de 1.400 especies de peces de agua dulce, Colombia posee el 13 % de la diversidad de estos animales en el mundo, un hecho importante si se tiene en cuenta que, según la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (AUNAP), los peces son el sustento de más de 300.000 pescadores colombianos, y además ayudan a regular el flujo de energía, manejan los nutrientes, e incluso controlan plagas.

    En un trabajo liderado por el Instituto de Ciencias Naturales (ICN) de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) se caracterizaron las especies de peces de tres áreas de la Orinoquia: las sabanas y humedales de Arauca, la Serranía de Manacacías (Meta) y las selvas transicionales de Cumaribo (Vichada). El objetivo era estudiar la composición y la distribución, y aumentar el registro para el inventario de peces de la región.

    En medio de las dificultades propias de las selvas transicionales de Cumaribo (Vichada), los investigadores encontraron 9 especies de peces que no se habían registrado antes en el país. En la misma zona realizaron 77 nuevos registros para el río Guaviare y 16 para el río Orinoco, un hecho sin precedentes pues existen pocos estudios sobre la diversidad de peces en esta zona.

    Sin embargo los investigadores fueron más allá: en el río Meta hallaron 45 nuevos registros, en el río Orinoco 19 especies y en la serranía de Manacacías se obtuvieron 53 registros, de los cuales 3 fueron nuevos para el río Meta.

    El biólogo e ictiólogo Édgar Larrarte, investigador del ICN de la UNAL, señala que “estos registros se consideran como novedosos, ya que la presencia de estas especies recién se ha detectado en una determinada área; sin embargo aún no se dispone de información sobre el tamaño de sus poblaciones, y estas podrían estar en riesgo de desaparecer rápidamente debido a factores ambientales, por ejemplo. También existe la posibilidad de que estas especies se encuentren en otras áreas geográficas de la Orinoquia, por lo que futuros estudios permitirían indagar más sobre su distribución”.

    Nuevos registros enriquecen el conocimiento

    Los investigadores evidenciaron que la mayor riqueza de las sabanas inundables y los humedales de Arauca está en los caños, con 137 especies, después en ríos, esteros y lagunas. Con 185 especies, esta zona fue la que arrojó mayor riqueza en los resultados.

    Por otro lado, en el macizo montañoso de la Serranía de Manacacías, que alberga gran diversidad de plantas y animales, se detectó la presencia de varias especies de sardinas o guarupayas (familia Characidae),las cuales suelen ser utilizadas como carnadas para la pesca ornamental de la comunidad, aunque es una práctica que está disminuyendo en la zona.

    “El 90 % de los peces en la Orinoquia tienen algún uso, o potencialidad de uso, que abarca el ornamental, el consumo por subsistencia, la comercialización o el uso mítico religioso”.

    “Con respecto al uso mítico religioso existen prácticas en las que los peces pueden ser utilizados para deshacer las malas energías. No obstante, esta práctica no pone en riesgo la diversidad de los peces, ya que el volumen con que se realiza no es significativo”, expresa el investigador.

    Caracterizar las especies, primer paso de la conservación

    Las amenazas para los peces de la Orinoquia y de otras regiones del país son los cambios en el uso de los ecosistemas, la sobreexplotación, el cambio climático, la contaminación y las especies exóticas invasoras.

    “La identificación precisa de los peces existentes proporciona las bases necesarias para implementar estrategias de gestión y conservación, que permitan adoptar medidas específicas que garanticen la sostenibilidad de los ecosistemas acuáticos y la preservación de la biodiversidad”, anota el investigador.

    Por último, enfatiza en que “la investigación con los animales es necesaria; para el caso del estudio con peces es preciso tomar muestras y llevarlas al laboratorio, pues con la mera observación no es posible, y además el acceso al hábitat de los peces es difícil. Hay que realizar conteo de escamas y dientes, además de tomar medidas morfológicas, lo cual no es posible sin las muestras necesarias”.