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Ciencia y Tecnología

Paneles de “icopor”, alternativa para construir vivienda social en Colombia

    Con el análisis del ahorro de tiempo, energía y confort térmico de un sistema constructivo de vivienda social unifamiliar, con paneles de “icopor”, como se le llama coloquialmente al poliestireno expandido, se propone una solución de vivienda sustentable para lugares de clima cálido húmedo y familias de escasos recursos.

    Aunque este sistema se puede implementar en cualquier parte del país –en donde se estima necesario construir al menos 1 millón de viviendas–, la investigación de Leydy Jhoana Ramírez Mesa, candidata a magíster en Construcción de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín, plantea una solución habitacional para el municipio de Mocoa (Putumayo), afectado el 1 de abril de 2017 por una avalancha que causó la muerte de 330 personas y dejó cerca de 22.000 damnificados, situación que incrementó el déficit de viviendas en este municipio.

    En su tesis “Análisis del desempeño térmico en la vivienda social unifamiliar construida con panel de poliestireno expandido con malla electrosoldada (PEPS), la arquitecta comparó los paneles de “icopor”, el tiempo de la obra, el ahorro energético y económico, la vida útil de los materiales, el consumo de energía para fabricar los paneles versus los ladrillos, y el consumo energético de los hogares una vez construida la vivienda.
    “El sistema se compone por una almasa de panel de poliestireno expandido, con una envoltura de malla electrosoldada. Se trata de un material para la envolvente de la construcción (paredes y cubierta) que funciona como una nevera de ‘icopor’, que mantiene la temperatura interna de manera eficiente”.

    “Así, se genera una menor pérdida de calor en invierno y una reducción de entrada de calor en verano. El componente de rigidez de la malla electrosoldada es superior a la del acero comercial, lo que significa que tiene más resistencia por metro cuadrado que otros sistemas constructivos. Resistirá más a la compresión y a la deflexión (rebote de un objeto contra una superficie); esa rigidez se la proporciona la mezcla cementante que se les aplica después de la instalación en crudo, esa es la base del sistema”, explica la estudiante Ramírez.

    La especialista en gestión inmobiliaria aclara que la materia prima o los paneles usados para la investigación se encuentran disponibles en el mercado, pues existen cuatro empresas con registro para su fabricación por parte de Emmedue, la firma italiana dueña de la patente en el mundo.

    Icopor vs. ladrillo

    Para la investigación se realizó un presupuesto comparativo entre la construcción tradicional y esta nueva propuesta. “Hicimos el despiece de un sistema constructivo en mampostería de ladrillo de 10 cm, comparándolo con el panel de 10 cm, y el análisis de losa maciza en concreto de 15 cm y el panel en 15 cm. El costo de los paneles fue un 23 % por encima del tradicional; sin embargo, con respecto al tiempo de construcción, el panel llevaba un ahorro en tiempo del 25 %”, señala la magíster.

    Para fabricar el ladrillo se puede usar hasta un 20 % de material reciclado, mientras para el panel de poliestireno, que da vida a las viviendas, hasta el 30 %, sin afectar el desempeño térmico ni otras características fundamentales de las viviendas.

    Según la investigadora, “los diferentes análisis evidenciaron la superioridad del desempeño térmico del sistema PEPS frente al tradicional, aunque no se contaban con datos suficientes para determinar un promedio de la temperatura y la humedad en Mocoa. Fue muy difícil encontrar la información, me basé en datos genéricos suministrados por la Alcaldía y Gobernación”.

    El gasto energético o huella de carbono en el proceso de fabricación del panel de poliestireno expandido es 650 % menor que la energía que se consume de principio a fin fabricar un ladrillo.

    Se simularon dos viviendas, una construida con paneles y la otra con el sistema tradicional para revisar el ahorro energético al incorporar electrodomésticos de ventilación. En el análisis comparativo se descubrió que, en promedio, en un hogar de Mocoa, se tiene un ventilador instalado por espacio por habitante con el fin de reducir la sensación térmica.

    Utilizando esta información como base, se calculó el consumo anual en kVA, considerando las horas de funcionamiento durante el año y el número de espacios en la casa. Esto permite llegar a un valor que representa la contribución del sistema en términos de conservación de la temperatura y la reducción del consumo de energía por los ventiladores.

    “Los cálculos se realizaron en el proyecto referente de la investigación ‘Sauces en Mocoa’, para un ahorro total en costos de energía de 29.539 millones de pesos anuales”, resalta la arquitecta Ramírez.

    Ante estos resultados, destaca que este análisis del sistema constructivo ofrece información nueva sobre este tipo de edificaciones en Colombia, pues en el mundo se han realizado diversos estudios sobre acústica y otros factores de los paneles de poliestireno, pero no sobre su ahorro energético y demás ítems abordados en este estudio.