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Ciudad y Territorio

Palmira estrenará museo arqueológico

  • El MAP se vincula a la conmemoración del Bicentenario de la Independencia. - Fotos cortesía Sonia Blanco

Piezas cerámicas y en oro, utensilios de cocina y caza elaborados por los indígenas 500 años antes de Cristo, integran la muestra del nuevo Museo Arqueológico de Palmira. Un espacio cultural y educativo que reúne la investigación realizada por arqueólogos en el valle del río Cauca.

Salas interactivas, pantallas touchscreen (táctiles) y lenticulares (que dan la sensación de tridimensionalidad) hacen parte del novedoso Museo Arqueológico de Palmira (MAP), una iniciativa de la Fundación Ecoparque Llanogrande que contó con el aporte científico del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) y la Universidad Nacional de Colombia en Palmira, entre otras instituciones. Las piezas fueron donadas por habitantes de Palmira, el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh) "otorgadas en custodia" y por arqueólogos que las hallaron durante sus excavaciones.

Los visitantes de este atractivo turístico, académico y cultural podrán ver y aprender sobre los indígenas que habitaron el valle geográfico del río Cauca hace varios siglos.

Y es que a esta zona corresponden sitios arqueológicos de gran importancia como el de Malagana "en el corregimiento de El Bolo", reconocido como el principal del país y uno de los que más ha sufrido el impacto de los guaqueros, ya que a comienzos de 1990 lo despojaron casi en su totalidad.
Tumbas, cerámica de todas las formas y tamaños, oro y otra gran cantidad de elementos suntuosos no escaparon a la ambición de los saqueadores. "Estos elementos, vendidos de manera ilegal, hoy reposan en colecciones privadas y en diferentes museos alrededor del mundo", dice José Eduardo Vidal, del Departamento de Museografía del Museo Nacional de Colombia.

A pesar de la pérdida de piezas importantes, se lograron identificar datos clave. Para la arqueóloga Sonia Blanco, estudiante de la Maestría en Antropología de la UN y funcionaria del Instituto para la Investigación y la Preservación del Patrimonio Cultural y Natural del Valle del Cauca (Inciva), "Malagana puso en evidencia que este territorio estuvo habitado al menos cinco o seis siglos antes de Cristo, desvirtuando tesis que hasta el momento señalaban que había sido una gran laguna, inhabitable en épocas anteriores al siglo XII".

Este saqueo despertó gran interés en la zona, y por consiguiente la normalización de las actividades que generan impactos sobre el patrimonio arqueológico como las intervenciones de ingeniería. "Esta norma nos permitió excavar el cementerio más grande del sur occidente colombiano, en el barrio Coronado de Palmira", describió Sonia Blanco.

"Estuvimos en campo 18 meses, encontramos 160 tumbas y gracias a estudios de laboratorio descubrimos las condiciones de vida, de enfermedad y de muerte de la comunidad que habitó. Esta información se encuentra plasmada en el MAP", dijo la arqueóloga.

¿Cómo fue la vida de estos indígenas?

"Los hallazgos en la ciudad de Palmira demuestran que la región estuvo ocupada en toda su extensión, tanto cerca del río Cauca como en la terraza de origen pleistocénico donde se encuentra el casco urbano, e igualmente en las colinas de Canta Claro y La Buitrera. Por lo tanto, no solo existió Malagana, sino varias tribus que con el paso de los años sufrieron cambios en el ámbito político, religioso y social. Ello hizo posible que Malagana se convirtiera en centro de encuentro y poder", señala el profesor José Vicente Rodríguez, coordinador del Laboratorio de Antropología Física de la UN y uno de los científicos que más ha estudiado la zona.

Vestigios de caracoles marinos, carbón mineral y esmeraldas de los andes orientales, cuarzos, sal y plumas de otras regiones permiten determinar que se trataba de una sociedad que se mantenía en permanente contacto con el Pacífico, la región del Magdalena, la Cordillera Central y la región Caribe.
Según el profesor Rodríguez, "estos indígenas aprovecharon los suelos e institucionalizaron el chamanismo. Combinaron la agricultura, la pesca, la caza, la recolección, la orfebrería, la elaboración de artefactos líticos, la molienda y el comercio plasmado en los canasteros, que portaban un cesto en la espalda mientras caminaban por las regiones".

Desvirtuado el canibalismo

El canibalismo y el constante estado de guerra de la población prehispánica del Valle del Cauca que narraron los cronistas no parece tener muchos rastros. "Encontramos un solo caso de agresión en más de 200 cuerpos. Constatamos que las condiciones de vida de las mujeres eran mejores que las de los hombres, los entierros eran muy majestuosos y organizados, lo cual dista de una población bárbara", detalló el profesor.

Los resultados de esta intensa investigación, así como las piezas y elementos rescatados pueden apreciarse en el MAP, sitio que recupera la memoria histórica, la identidad y el sentido de pertenencia de los palmiranos.