Desde 2017 el servicio de Neuropsicología del HUN forma parte del Programa de Esclerosis Múltiple, el cual busca optimizar el manejo que se le da a estos pacientes desde el ámbito cognitivo; se estima que entre el 40 y el 70 % de los casos presentan una disminución de las capacidades en este aspecto, que también se debe considerar en el seguimiento que se le hace a la enfermedad.
Además de los efectos físicos como debilidad en las extremidades, temblores o falta de coordinación, el deterioro cognitivo también compromete la memoria y la velocidad en el procesamiento de la información afectando la calidad de vida del paciente.
Liliana Duarte Pedroza, neuropsicóloga del HUN, afirma que "la prevalencia del deterioro cognitivo en los pacientes con esclerosis múltiple es significativa; esta afectación no es solo incidental sino que tiene un impacto importante en la calidad de vida y en la cotidianidad de los pacientes.
La experta señala que dicho deterioro puede afectar el aprendizaje, por ejemplo, debido a que se presenta una dificultad en el registro o la codificación inicial de la información, lo que se puede relacionar con la velocidad de procesamiento: "a las personas con esclerosis múltiple les cuesta más tiempo aprender que a otras personas", explica.
La fluidez verbal es un indicador muy importante de la capacidad comunicativa de la persona y de la capacidad para acceder a información previamente aprendida como el vocabulario; también se ha identificado un problema en el monitoreo de algunas actividades, lo que lleva a los pacientes a repetir palabras que ya han dicho no porque olviden que ya las dijeron sino porque pierden el control sobre esa tarea.
Importancia del seguimiento
Para la neuropsicóloga Duarte, más allá de identificar estos síntomas se debe ser consciente de sus implicaciones: "es importante considerar que estas acciones pueden aparecer como una manifestación primaria de la enfermedad y pueden llevar a que la persona desarrolle una dependencia funcional no solo de las actividades instrumentales sino incluso de las actividades básicas de la vida diaria".
Ahí radica para la doctora la importancia de hacer un seguimiento cuidadoso del desempeño cognitivo, además de que los pacientes con esclerosis múltiple en los que se ha identificado alteración cognitiva hay un pobre afrontamiento de la enfermedad, un peor pronóstico en términos como la adherencia al tratamiento o el manejo de los síntomas y se pueden encontrar reportes respecto a una disminución en la calidad de vida.
"Las personas que tienen déficit cognitivo pueden tener una mayor probabilidad de deserción laboral y una pobre reintegración posterior", indica la doctora Duarte, y añade que en quienes han cesado de sus actividades laborales puede haber también una proyección mucho más rápida hacia el deterioro cognitivo.
Los pacientes del HUN
En la actualidad el HUN atiende 54 pacientes "20 hombres y 34 mujeres" remitidos con esclerosis múltiple que presentan quejas cognitivas, cuya edad promedio es de 40 años.
Entre ellos un 70 % se encuentra dentro de un estadio de trastorno neurocognitivo leve, un 4 %, dos casos, de trastorno neurocognitivo mayor y un 26 % tiene un perfil cognitivo normal. Cifras que con el programa se esperan mantener o mejorar.
"Hay un reporte significativo de queja cognitiva en estos pacientes, hay síntomas depresivos, pero el nivel de fatiga por lo general se mantiene dentro de los limites esperados, algo que nos importa mucho porque son pacientes en edad productiva", manifiesta la doctora Duarte, quien hizo parte de las actividades que se desarrollaron en el HUN en el marco del Día Internacional de la Esclerosis Múltiple.
La neuropsicóloga es enfática en que es prioritario hacer un seguimiento cuidadoso de la cognición en este grupo de pacientes y que el objetivo debe ser la estabilidad en este aspecto para que exista la certeza de un buen pronóstico y un buen manejo de la enfermedad en todo sentido.