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Educación

Nuevo lenguaje universal para diseñar currículos y mejorar la calidad educativa

    En la actualidad, los planes o currículos educativos se diseñan según los intereses y preferencias de cada docente, institución o país. Esto ha hecho que el proceso sea engorroso, que no se logren los objetivos y que se desaprovechen las experiencias exitosas de otros lugares. Por eso se creó un único lenguaje y se sistematizaron 10 prácticas basadas en un siglo de teoría curricular y en el modo de hacer actual. Su uso permitiría estandarizar el proceso y mejorar la calidad educativa.

    Elegir la cantidad de materias de una carrera, los libros que se leerán en una clase o las directrices de un plan nacional de educación son cuestiones que forman parte del diseño curricular, una forma de estructurar las actividades y objetivos educativos.

    “Aunque desde hace más de 200 años el currículo se ha teorizado y utilizado en todo el mundo, este se hace de forma subjetiva y casi intuitiva. Cada institución o docente elige cómo elaborarlo, qué ítems incluir, con qué criterios o bajo qué terminología”, explica Jesús Insuasti Portilla, doctor en Ingeniería de Sistemas y Computación de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín.

    “Esta manera deja de lado las recomendaciones de expertos en pedagogía, hace que el proceso sea más dispendioso e incluso que no haya una retroalimentación efectiva entre los distintos modos de enseñanza”.

    “Por eso, con el profesor Carlos Mario Zapata Jaramillo decidimos unir dos universos: la ingeniería de software y las ciencias de la educación, con el fin de que a futuro se puedan desarrollar currículos de forma más apropiada y centrada en el contexto, considerando la teoría en diseño curricular y la experiencia empírica en cualquier parte del mundo”, anota el investigador.

    Para avanzar en este propósito, revisó un siglo de bibliografía referente al tema –artículos, capítulos o libros publicados entre 1918 y 2018– y encuestó a 226 profesores del mundo expertos en diseño curricular. Con esta información logró construir un “corpus lingüístico” que le permitió unificar la terminología teniendo como referencia los fundamentos de la Unesco.

    “Básicamente creamos un nuevo lenguaje con aplicaciones en lingüística computacional, que es universal, dado que hereda un estándar internacional del Object Management Group (OMG) y que permitiría que cualquier persona pueda entender lo que se está haciendo en educación en cualquier lugar del mundo”, agrega.

    Para entender la universalidad del nuevo lenguaje basta con pensar en las variadas formas que existen para referirse, por ejemplo, a los estudiantes: alumnos, pupilos, aprendices, sujetos de instrucción, o en las diferentes formas de plantear los objetivos, metas o propósitos.

    “Con inteligencia artificial organizamos una biblioteca inmensa de palabras para producir 10 prácticas que encapsulan todo el saber del diseño curricular y cuya aplicación garantiza el uso de la teoría de un siglo de historia y las experiencias de distintos expertos”, relata. Estas fueron:

    1. Encuentro detallado de los participantes.
    2. Consideración específica del conocimiento/intereses de los estudiantes.
    3. Aplicación educativa del conocimiento.
    4. Análisis preciso de las necesidades.
    5. Definición adecuada de propósitos/objetivos/resultados de aprendizaje.
    6. Organización equilibrada de la estructura/contenido.
    7. Propuesta académica de estrategias de enseñanza/experiencias de aprendizaje.
    8. Establecimiento estructurado de la evaluación.
    9. Soporte suficiente de los materiales.
    10. Retroalimentación aprendida con respecto al currículo.

    Además de homogeneizar, estas 10 prácticas tienen en cuenta los intereses particulares de los estudiantes, las necesidades del contexto, los resultados de aprendizaje y las estrategias de enseñanza.

    “Todo esto contribuye al proceso de enseñanza y permite obtener mejores resultados en el aprendizaje y aprovechar los éxitos de docentes de todo el mundo, lo que finalmente conllevaría mejoras en la calidad educativa”.

    Por estar inspirado en la lingüística computacional, dicho lenguaje unificado sería un primer insumo para desarrollar un software que facilite realizar currículos de forma automatizada. “Gracias a la ingeniería de software podemos diseñar prácticas universales, libres de contexto y que se pueden aplicar en cualquier escenario”.