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Ciencia y Tecnología

Nuevas especies de abejas de las orquídeas se registran para la ciencia

    Las dos especies, desconocidas para la ciencia, fueron descritas a partir de individuos encontrados en el Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete y en el Resguardo Indígena Yaguará II, en los límites entre Caquetá y Meta.

    Las abejas de las orquídeas forman parte de las cerca de 18.000 especies de abejas solitarias que habitan el planeta y que son mucho más comunes –cerca del 95 %– que las de sociabilidad completa, es decir las que viven en colmenas.

    Se les conoce así porque los machos tienen una afinidad muy fuerte con las orquídeas, también conocidas como catleya –la flor emblemática de Colombia–, de las cuales obtienen ciertos perfumes que utilizan en el cortejo.

    Carlos Andrés Londoño Carvajal, magíster en Entomología de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín, señala que “hasta la fecha el último trabajo que se había hecho en Colombia con este grupo de insectos data de 1992. Por eso, y para aportar un poco más a la ciencia, nos enfocamos en el género menos estudiado: Eufriesea, el segundo más diverso de la tribu Euglossini”.

    “Las particularidades morfológicas de este género solo se pueden observar a través de un estereoscopio o microscopio de disección, utilizado para disecar especímenes o muestras. Sin embargo, las abejas de las orquídeas se pueden identificar a simple vista porque los machos tienen una de las patas posteriores modificada, en cuyo interior contiene un tejido especial que le sirve para almacenar aromas que luego usa en el cortejo de las hembras”, explica.

    Para su análisis, el investigador Londoño revisó 16 colecciones entomológicas del país y bases de datos de distribución como Scanbug, GBIF y iDigBIO.

    “Como se trata de un género univoltino –es decir que su etapa inmadura puede durar hasta 280 días y su etapa adulta darse en una época muy específica del año–, en las colecciones no aparece en grandes cantidades; difícilmente logramos acceder a cerca de 950 individuos, mientras que de otros grupos se pueden encontrar entre 4.000 y 6.000”.

    A partir de esta revisión se hallaron dos nuevas especies de abejas para la ciencia, es decir que hasta ahora no se sabía de su existencia. Los individuos se encontraron en el sur del país: uno en el Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete y otro en el Resguardo Indígena Yaguará II.

    “Aunque los dos hallazgos están en proceso de publicarse en una revista científica, el de Chiribiquete, por estar representado en un único ejemplar, deberá esperar a que se compruebe que no se trata de una mutación genética, y esperamos que la del Resguardo tome un nombre alusivo al pueblo indígena”, anota.

    Otro aporte del trabajo es la sistematización de los atrayentes con los que se puede convocar cada especie y las ecorregiones en las que se pueden encontrar, información que facilitaría el desarrollo de nuevas investigaciones.

    “Entre los atrayentes más comunes está el salicilato de metilo, el eugenol, la vainilla y el eucaliptol, todos los cuales se sintetizan de compuestos presentes en las flores que las abejas frecuentan”, explica el entomólogo.

    Al respecto, indica que “se evidenció que la época en la que emerge el adulto suele estar relacionada con la época de lluvia, y proponemos unas distribuciones basadas en un mapa de ecorregiones de 2017. Así se puede asumir para próximas investigaciones que si una especie fue encontrada en un territorio determinado, probablemente se distribuya por toda una ecorregión, si esta mantiene las condiciones homogéneas”.

    Por último, el investigador señala que “es necesario hacer más taxonomía en el país, pues otro de los hallazgos que obtuvimos fue que al menos el 40 % de las especies que revisamos estaban mal identificadas, y otro 40 % ni siquiera lo estaban”.