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El diseño del prototipo corre por cuenta de Maparé, un grupo interdisciplinar de estudiantes de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), quienes se han propuesto recuperar una mayor cantidad de residuos plásticos que se recogen en esta zona del Pacífico, donde en 20 días alcanza las 1,5 toneladas y solo el 26 % es procesado.
La iniciativa procura impulsar el trabajo de EcoPazifico, una organización que aporta en la limpieza y el procesamiento de los plásticos con el fin de potenciar el desarrollo económico y social en el marco de la sostenibilidad.
"Desde el primer momento hubo contacto con Camilo Ramírez, de EcoPazifico, quien nos aportó información clave para identificar las problemáticas y determinar la alternativa con mayor viabilidad", comenta la estudiante Karla Ruiz, de Ingeniería Química, quien participa en el proyecto.
El prototipo presentado y optimizado por Maparé tiene como modelo base la máquina de trituración Shredder, creada por Precious Plastic, una entidad sin ánimo de lucro que maneja un código de fuente abierta.
En este sentido, se plantea la transformación del diseño original, modelando cada una de sus piezas (motor, eje, cuchillas y caja de trituración); la ampliación de capacidad tiene como centro la actualización de las cuchillas y láminas, y el eje de la máquina, al cual se le proporcionó más fuerza. "Las modificaciones mecánicas planteadas alcanzarían un aumento de la capacidad hasta en un 50 %", explica Laura Forero, estudiante de Ingeniería Mecánica.
Con la optimización realizada por Maparé el plástico adquiere una nueva vida útil, pues "se podría comercializar en escamas para posterior fundición y moldeo de nuevos materiales por medio de la extrusión", agrega el estudiante Hernán Puentes, de Ingeniería Química.
Una vez procesados, algunos materiales de alta densidad alcanzarían un valor promedio de 2.700 pesos/kg. El proyecto tendría utilidades a partir del segundo año después de realizada la inversión en la maquinaria.
Red de aliados
Actualmente, en EcoPazifico no cuentan con la capacidad adecuada de lavado, triturado ni clasificación de dichos materiales para retornarlos a la cadena productiva.
"La capacidad de procesamiento de los desechos que se recogen es baja, por lo que la intervención ayudaría a queel ciclo de reciclaje para procesarlo fluya y que no se quede en la zona", afirma el estudiante Hernán Valcárcel, de Ingeniería Química.
Para realizar el reciclaje, los plásticos se deben clasificar y limpiar adecuadamente. Hay dos tipos: termoestables (contienen polímeros con una unión irreversible, no pueden ser fundidos) y termoplásticos, que representan el 80 % de plásticos y son transformables.
"Se suelen clasificar por marcas y esto produce un margen de error; por otro lado, no cuentan con agua potable; se propuso utilizar aguas lluvias sin profundizar en este aspecto, pues la prioridad era el tratamiento de los plásticos", explica el estudiante Puentes.
El reciclaje de los residuos es indispensable, pues no es posible aprovechar los plásticos en bruto. "La comunidad juega un rol indispensable, son quienes recogen los plásticos por medio de voluntarios, y además trabajan en la concientización de la población", explica la estudiante Forero.
Alianzas estratégicas con empresas colombianas como Cempre y Ecoplásticos aportarían a la cadena productiva y determinarían mercados potenciales. "Cempre, que cuenta con experiencia en las dinámicas de materiales reciclables, facilitaría el diseño y la implementación estratégica; Acoplásticos, que cuenta con amplio conocimiento del sector productivo, sería un vocero indispensable de Maparé ante otras entidades", explica la estudiante Ruiz.
Teniendo en cuenta la coyuntura, inicialmente es necesario tener los permisos para movilizarse a la zona de Juanchaco y Ladrilleros, también se requiere la materia prima y los elementos necesarios para fabricar, modificar las piezas y adecuar la máquina.
"Una vez finalizado el proceso se deben realizar pruebas "como medida de seguridad" para evaluar la efectividad del equipo", explica el estudiante Mario López, de Ingeniería Mecánica, también miembro de Maparé.