Kempton destacó la disciplina y el buen acople del maestro Mario Sarmiento, docente de la Universidad Nacional de Colombia, quien actuará como percusionista junto a la prestigiosa orquesta británica, una de las más reconocidas del mundo.
"Hemos encontrado en Colombia un gran sentido de la música en todos los ambientes, tanto en la música popular como en la clásica. Aquí se lleva el ritmo en la sangre. Nos sorprende cómo los jóvenes se apasionan en los talleres, es algo que no se da tanto en nuestro país", manifestó el británico.
Aseguró, además, que "nuestra música seguramente no será la misma luego de nuestro paso por Cartagena. De eso se trata, de unir lazos, de romper barreras como las del idioma, de tocar distinto".
Y es que en cada ensayo, colombianos y europeos construyen algo nuevo. "El sonido no es igual si tocamos solos. Cuando lo hacemos con los músicos colombianos hay una marca distintiva, la misma melodía suena de otra forma. Esto, seguramente, influenciará la música que crearemos en el futuro, allá en Londres", dice Kempton.
El Festival de Música de Cartagena comienza a entonar sus notas. Este año se espera que no solo quede el eco de las notas entre las murallas sino que, además, jóvenes y niños del puerto aprendan de música, se sensibilicen y vean otras opciones de vida. Según los organizadores, este es uno de los fines principales del evento, que ya suena alto en el resto del mundo.
El Festival abrirá con el estreno mundial del Himno a Colombia, de Francisco Zumaqué; un homenaje al maestro Rafael Escalona con una versión renovada de la Casa en el aire, Rapsodia para Violín y Orquesta No2, de Béla Bartók.
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