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Ciencia y Tecnología

No al blanqueamiento dental con láser

Estudios realizados en varios países, guiados por un especialista de la Universidad Nacional de Colombia, comprobaron que el daño que el láser produce sobre el esmalte de los dientes es irreparable.

El blanqueamiento dental es un tratamiento farmacológico en el cual se utiliza láser y compuestos químicos de alta reactividad llamados peróxidos, para modificar el color natural de los dientes y hacerlos más blancos. La mala elección de un procedimiento puede generar traumas para el paciente.

"Hemos tomado resultados de estudios de microscopía electrónica hechos desde hace varios años en universidades de América Latina como Perú y Venezuela, pero en su mayoría de la Universidad Nacional de Colombia, mirando qué tanta gravedad genera el láser para el esmalte y la dentina, y logramos comprobar que cuando se hace un blanqueamiento con peróxido de carbamida los resultados son más predecibles y más confiables. Con base en los resultados que hemos obtenido, nosotros no hacemos blanqueamiento con láser", explica Isauro Abril, odontólogo investigador de la Universidad Nacional de Colombia.

Las alternativas que tienen los pacientes que requieren un blanqueamiento a su odontólogo son: utilizar peróxido de hidrógeno que se activa con el láser o utilizar peróxido de carbamida que no usa láser, sino que se aplica mediante cubetas.

Específicamente, el especialista habla del láser de argón. Este tiene un potencial de elevación de calor por encima de los 5 grados, y genera unas pérdidas superficiales de esmalte, dejándolo poroseado.

"Esos poros miden en promedio entre 10 ó 15 micras y hasta más. Eso genera que el esmalte pierda tejido superficialmente. El problema con la elevación del calor es que el ser humano está a 36.5 grados y si se le suben dos grados a 38.5 ya es fiebre, en los dientes se puede subir hasta 5 grados porque el material de los dientes es distinto, pero cuando se genera calor molecular, por encima de los 5 grados, que es lo que ocurre con el láser de argón, entonces el esmalte ya no queda liso, sino que queda opaco, con fisuras y con grietas"; asegura Abril.

El especialista explica que con el peróxido de carbamida no hay pérdida de esmalte ni daño en la dentina y por su acción más lenta va trabajando mejor con el paso del tiempo. Por su parte, el peróxido de hidrógeno con láser hace un calentamiento fuerte en una primera cita, dando unos resultados de blanqueamiento más rápido, pero advierte que son más confiables los del otro peróxido.

Panorama negro para los dientes blancos

Los problemas que se generan a raíz de un mal blanqueamiento aparecen desde el mismo momento en que se realiza el procedimiento, tienen que ver con las fisuras del esmalte y adicionalmente el diente puede reabsorberse y perderse.

Finalmente, el especialista recomienda no caer en algo que él ha denominado "blancorexia", y se refiere a la obsesión por tener los dientes siempre blancos.

"La gente tiene muchas expectativas con hacerse blanqueamientos, pero en muchas partes se está abusando de los peróxidos con pH ácidos, generando alteraciones graves sobre la superficie de los dientes. Mi sugerencia es que las personas que vayan a hacerlo exijan primero un muy buen diagnóstico inicial porque todos los dientes tienen distintos grosores y mineralizaciones diferentes y no a todas las personas se les puede aplicar lo mismo", concluye.