Redescubren murales de Alipio Jaramillo Giraldo en la UNAL, testimonio de denuncia social a través del arte
Este artista ha sido catalogado por los expertos como el “heredero del muralismo mexicano” porque su obra se caracteriza por la viveza de los colores y la fuerza del campesinado. Precisamente, una descripción suya publicada en la Casa de Subastas Christie’s, menciona que “junto con Alejandro Obregón, Marco Ospina y Débora Arango, Alipio Jaramillo es considerado como uno de los primeros artistas colombianos en representar la agitación política y la violencia en su Colombia natal”.
“También fue uno de los primeros artistas en embarcarse en el desarrollo y la ejecución de un proyecto muralista en Colombia y son bien conocidas sus estrechas afinidades con el movimiento muralista mexicano”.
El artista Jaramillo obtuvo su grado como Maestro de Dibujo en la Escuela de Bellas Artes de Bogotá y recibió su diploma de grado de las manos del entonces ministro de Educación, Jorge Eliecer Gaitán, a quien años después le hizo una pintura como homenaje al caudillo asesinado, la cual que se convirtió en una de sus obras más representativas, de hecho forma parte de la Colección del Museo Nacional de Colombia.
Aunque falleció en 1999 su obra todavía refleja la realidad de un país que parece detenido en el tiempo, uno en el que la injusticia, la frustración y la resistencia ante la opresión sigue impactando en los campesinos y los obreros; y así los dibujó él, con rostros cansados, manos curtidas de labrar la tierra, enojados, pero decididos a no callar. Alrededor de 20 pinturas ubicadas en diferentes edificios del campus de la UNAL en Bogotá dan cuenta de su observación sobre una época de profunda violencia, en la década de 1940, pero vigente en pleno siglo XXI.
La historiadora de la UNAL, Sandra Reyes, afirma que “la obra de Jaramillo en la UNAL representa un valor histórico y patrimonial para la Institución, debido al contexto en el cual fue realizada”.
“Fortalece el vínculo entre la vanguardia de la educación de las artes y el valor testimonial de la situación socioeconómica y política de ese momento”, anota la experta, quien forma parte del proyecto de implementación de estrategias y herramientas para la conservación del patrimonio documental y repositorio de contenidos de comunicación multimedia de la UNAL.
La historiadora señala que “la misión que siempre ha tenido la Universidad es producir conocimiento y participar en el análisis y la resolución de los problemas sociales y es muy diciente que este tipo de influencia artística se haya representado en un edificio que personifica el nacimiento de los estudios de Derecho en el país, orientados hacia la investigación y el fortalecimiento del análisis de los problemas sociales”.
En algunos escritos publicados por la trabajadora social Eva María Rodríguez, quien ha estudiado la obra de Alipio Jaramillo, ella menciona que el óleo y los murales ocuparon un lugar importante y amplio dentro de su trabajo, pero también dejó un importante legado de acuarelas, dibujos en tinta, frescos y grabados.
En ese sentido, la historiadora Reyes anota que “la recopilación histórica sobre la obra del artista, que hoy se puede consultar en el repositorio de la UNAL, daría cuenta de que las otras 19 obras podrían haber sido cubiertas durante el gobierno militar por el que pasó la Institución en 1954, durante la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla”.
Según la experta, “uno de los intereses que podría despertar este histórico hallazgo a futuro sería el inicio para conocer mejor la Universidad y su aporte a la conformación de nación; también podría ser fuente iconográfica para la investigación histórica”.