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Mujeres indígenas de la Sierra Nevada también se enfrentan a la migración

    El conflicto armado y las prácticas culturales propias de las comunidades étnicas –como el matrimonio “concertado”– refuerzan las desigualdades en las poblaciones indígenas, dando origen a la migración de las mujeres y a su posterior enganche al trabajo doméstico, ya sea en las ciudades a donde llegan o en sus hogares, dentro de la comunidad.

    “Sus historias no solo tienen que ver con el momento en el que deciden emigrar a grandes ciudades, como Bogotá, en busca de oportunidades y en razón del conflicto armado, sino también con las migraciones realizadas en el interior de sus comunidades, las cuales permiten dar un contexto histórico de su pertenencia étnica y vislumbrar cómo opera el género en sus vidas”.

    Así lo expone la investigadora Dunen Kaneybia Muelas Izquierdo, magíster en Estudios de Género de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), quien a partir de la trayectoria de dos mujeres indígenas del pueblo arhuaco y kankuamo, analiza su migración y cómo este fenómeno se asocia con el trabajo de cuidado.

    Para lograrlo, la investigadora muestra dos momentos de la migración: una hacia adentro y otra hacia fuera. “La migración ‘hacia adentro’ tiene que ver con todo el proceso de etnización y relaciones de género en sus comunidades durante su niñez, mientras que la migración hacia afuera permite comprender el momento en el que migran hacia las ciudades y su enganche con el trabajo doméstico”.

    “Este tipo de empleo ya ha sido caracterizado como un espacio en el que mujeres pobres con pertenencia étnica juegan un papel fundamental en el cuidado de sus familias y las de otros, lo que hace que encarnen diversas condiciones de vulnerabilidad tanto dentro de sus comunidades como fuera de estas”, destaca la investigadora.

    Por ser una mujer indígena, la investigadora tuvo la oportunidad de acercarse a ellas y a sus vidas desde la confianza y no como un agente externo, participando en entrevistas y en un diálogo sincero desde el objetivo de la investigación. “Ellas me dijeron que querían ver su historia en un libro y desde esa apuesta se hizo el trabajo”, subraya.

    “Por ejemplo, una de ellas es hija de una sobandera, entonces, desde ese oficio propio de las comunidades, indagué, conocí, y sobre todo escuché sobre sus vidas en medio de toda la actividad, porque creo que más que llevar preguntas formuladas, se trata de escucharlas y esa fue la metodología principal”.

    “Mientras iban tejiendo o sobando a alguna persona de la comunidad, ellas iban contando cómo se habían formado desde la niñez, qué expectativas tenían, y qué esperaban de su descendencia”.

    El fenómeno de la migración

    Según sus historias, la migración de las mujeres indígenas estaría asociada con el conflicto armado, ya que miembros de grupos paramilitares amenazaron a varias mujeres kankuamas que vivían en zonas apartadas, dejando como resultado la migración y el desplazamiento en la comunidad.

    Entre la comunidad y la escolarización

    Por su parte, en el pueblo arhuaco se da otro fenómeno de migración asociado con el matrimonio “concertado”, en el que una de las protagonistas, de solo 17 años, debe enfrentarse a los designios familiares de contraer matrimonio, pese a sus deseos de estudiar.

    “Estas mujeres de la Sierra Nevada sí sienten un profundo deseo por estudiar, por la escolarización, pero a la vez mantienen el deseo de ser una apuesta fuerte de los pueblos en el fortalecimiento cultural y de la identidad, y por cómo se veía en las historias de vida, parece que tuvieran que elegir entre la comunidad o la escolarización. Por eso se debe tener cuidado de no seguir reproduciendo temas de discriminación o señalamiento contra estos pueblos”, sostiene la magíster de la UNAL.

    Según los hallazgos de su estudio, estas mujeres son formadas desde niñas en conocimientos ancestrales diferentes a los de la ciudad, y por eso cuando la sociedad intenta representarlas lo hacen desde conceptos ajenos, pues no hay un reconocimiento real de lo que son y de sus conocimientos.

    “Las mujeres indígenas son una biblioteca universal de conocimiento, donde cada una de ellas tiene historias que compartir y aportar al mundo, a las sociedades. Ya está bueno de seguir viéndolas desde una mirada de analfabetismo e ignorancia, es tiempo de verlas como lo que son, mujeres que pueden orientar las crisis que vivimos frente al cambio climático, la paz y las guerras innecesarias”, concluye la magíster Muelas.