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Y es que la misma situación del sistema de salud y las barreras de acceso, entre otros matices, contribuyen para que el dengue, a veces, no se trate a tiempo o de manera adecuada. Debido a ello, Colombia tiene cifras de mortalidad tan altas, expresó el docente de la UN, quien está convencido de que esta mortalidad es evitable.
Esta enfermedad, que se da en lugares por debajo de los 1.800 metros sobre el nivel del mar, suele dispararse por las lluvias, ya que el agua acumulada facilita que el mosquito portador del dengue deposite sus huevos allí. Cúcuta y Santa Marta son dos de las zonas más afectadas.
Según De la Hoz, hay una causa de fondo, relacionada con el desarrollo, que ha llevado al país a un círculo vicioso en el que la enfermedad se repite periódicamente. "Mientras haya ciudades que crecen de forma desordenada, con gente que por escasez o racionamiento de agua aún almacena el líquido en recipientes que no mantienen tapados, el dengue va a seguir siendo uno de los problemas con que tenemos que convivir", señaló.
El dengue se manifiesta principalmente con fiebre y dolor en el cuerpo. Su expresión más severa es el dengue hemorrágico, que causa sangrados, bien sea en la piel, al toser o por la nariz. "Ahí se debe hacer un buen manejo de líquidos intravenosos, monitoreo de plaquetas, de la presión arterial y de la hemoglobina", señaló el docente de la UN, quien agregó que es el médico, de acuerdo con el comportamiento del paciente, el que decide qué medidas aplicar.
Aunque algunas farmacéuticas están desarrollando una vacuna contra esta enfermedad, el profesor De la Hoz dice que aún no se han llevado a cabo estudios suficientes para creer en su efectividad.