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Salud

Modelo psicológico ayudaría a manejar duelo ante siniestros viales

    Aceptar la realidad de la pérdida, elaborar el dolor, adaptarse al mundo sin la persona fallecida y hallar una conexión perdurable con ella, son algunas de las tareas que pueden ayudar a sobrellevar el duelo por la pérdida inesperada de un familiar a causa de un siniestro vial.

    El duelo es una respuesta esperable que se da tras eventos traumáticos o estresantes y que cambian el transcurso de vida de una persona. Uno de ellos es un accidente de tránsito en el que esta reacción estresante puede ser o no más aguda, desencadenando en posibles perturbaciones como trastornos de ansiedad y depresión, que en este caso son los más frecuentes.

    El modelo de tareas es promovido por el centro de Orientación para Víctima de Siniestros Viales (ORVI), creado a finales de 2020 por la Secretaría de Movilidad de Bogotá, D. C. con el apoyo de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) en la misión de informar y orientar a quienes se han visto involucrados en siniestros viales, a través del ofrecimiento de ayuda psicológica.

    “A diferencia del modelo de etapas (negación, ira, negociación, depresión, aceptación), el de tareas cambia la dinámica de que la persona sienta que debe esperar a que todo pase, sino que le da un sentido de agencia como un elemento facilitador en el proceso de duelo, diciéndole que puede hacer algo para ayudarse y que no es un ser pasivo al que el duelo simplemente pasa”.

    Así lo describe el psicólogo Daniel Angarita Caro, magíster en Psicología Clínica y psicoterapeuta ORVI, invitado a la conferencia “Impacto psicológico y proceso de duelo en las pérdidas por siniestros viales” del programa #SaludUNALContigo, de la Facultad de Medicina de la UNAL.

    Tareas que alivian

    La primera tarea es “aceptar la realidad de la pérdida”, lo cual hace referencia a todos los procesos y actividades que ayudan a reconocer que lo que ocurrió es verdad, que la muerte era irreversible. “Un ejemplo de esto son los rituales, como ir a una velación, una misa, un cementerio, entre otros, pues ayudan a asimilar que eso es real”.

    La segunda tarea consiste en “elaborar el dolor”, que la persona se dé la posibilidad de reconocer las emociones independientemente de cuáles sean.

    Una tercera tarea es “adaptarse al mundo sin el fallecido”, que tiene que ver con cómo se define la persona con la pérdida de otra, cómo se construye un rol en la elaboración de esa nueva realidad. Por último, “hallar una conexión perdurable con el fallecido al embarcarse en una nueva vida”, que puede ser a partir de enseñanzas, experiencias vividas y aprendizajes, entre otros.

    Alertas para buscar ayuda

    Según el doctor Angarita, durante una pérdida, específicamente resultado de un siniestro vial, es normal que las personas experimenten distintos síntomas emocionales, físicos, cognitivos e interpersonales, resultado de la compleja situación.

    “La persona puede sentir confusión, miedo irritabilidad, tristeza, sentimiento de culpa (hacia sí mismo o hacia otros), rabia, dificultad tanto para disfrutar de actividades cotidianas y sentir alegría como para tomar decisiones, confusión, pesadillas con el evento, pensamientos intrusivos, revictimización, disociación, alucinaciones, incredulidad, alteraciones en la rutina de sueño y alimentación, fatiga, cansancio, taquicardia, sobresaltos, inquietud del cuerpo, dolores físicos, problemas gastrointestinales, conflictos interpersonales, dificultades en el desempeño escolar y laboral, desconfianza, sensación de abandono y rechazo, sobreprotección a familiares y personas cercanas, entre otros”.

    Aunque esto es normal en un proceso de duelo, la psicóloga Magnolia Ballesteros, magíster en Psicología, doctora en Salud Pública y profesora de la UNAL, también invitada a la charla, advierte que lo natural es que después de seis meses algunas de esas manifestaciones empiecen a mermar, de lo contrario, si persisten o si aumentan, puede ser indicio de que es necesario acudir a ayuda profesional.

    “Además de acudir al ORVI, las personas tienen las líneas 192 y 106, se pueden acercar con la EPS y conseguir apoyo psicológico o ir a una opción alternativa, como lo es la Red ISUAP, de centros de atención psicológica que manejan las universidades y es para quienes sienten la necesidad de recibir esta orientación”.

    Aumentan siniestros viales

    Según la profesora Ballesteros, en 2019 el promedio de siniestros viales fue de 2.400 mensuales, y aunque en 2020 la pandemia y el confinamiento hicieron que muchas personas redujeran su movilidad impactando de forma positiva los accidentes, con la reactivación la situación volvió a preocupar.

    Cifras del Observatorio de la Agencia Nacional de Seguridad Vial registran un aumento del 38 % de víctimas fatales en siniestros viales en Bogotá, al pasar de 160 en 2019 a 221 en 2020 y el primer semestre de 2021.

    “Este aumento puede obedecer tanto a la reapertura de actividades como al mal estado de las vías que deja no solo accidentes sino víctimas fatales. El incremento en los fallecimientos es importante en los motociclistas (más del 44 %), peatones (más del 42 %) y biciusuarios (más del 35 %)”, señala la docente.

    “Llama la atención que los peatones fallecieron más en choques contra los motociclistas que con otro tipo de vehículos como camiones o buses, pues así sucedió con 32 de los 74 bogotanos que se desplazaban a pie durante los primeros seis meses de este año y que perdieron la vida en accidentes con una motocicleta”.

    Hasta el 29 de agosto del 2021 el número de casos registrados en Bogotá asciende a las 299 víctimas fatales, 109 de las cuales han sido peatones, 100 motociclistas, 58 ciclistas, 23 pasajeros u acompañantes y 9 conductores.