Modelo estadístico corrige subregistro de datos sobre trabajo infantil en el país
Aunque instrumentos como la Encuesta de Calidad de Vida del DANE miden la fuerza laboral en menores de edad, y tiene un capítulo especial para hablar de trabajo infantil, la medida se obtiene con testimonios de los jefes de hogar, lo cual es problemático, pues muchas veces tienden a decir que los menores no trabajan, aunque sea así, debido al beneficio económico y al miedo a posibles represalias.
Producto del interés por corregir estos vacíos, la investigadora Ana María Mondragón Moreno, magíster en Estadística de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), puso a prueba un modelo estadístico que no se había implementado antes para el trabajo infantil, y que mostró ser efectivo en Brasil al estudiar el subregistro de tuberculosis.
Para la estimación del modelo se tomó la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) de 2014 y la estadística de las Cuentas Nacionales de Transferencia, sistema contable que mide la actividad económica nacional por edad y documenta los flujos de recursos a través del Gobierno, el mercado y la familia, las cuales fueron actualizadas el año pasado.
La metodología aplicada no estima los ingresos ni las transferencias de los menores de edad a sus hogares, por lo que corregir la estadística es muy importante para países como Colombia que aún presentan este problema.
La investigadora indica que “en departamentos como La Guajira, Santander, Tolima y Córdoba se puede encontrar un error de hasta un 3 % en la estadística del número de niños entre los 5 y 8 años que trabajan, lo cual evidencia que hay una serie de variables que no se habían tenido en cuenta durante los datos de las encuestas”.
Agrega que “en todas las edades hay un porcentaje de error, pero en ese intervalo se acentúa la problemática, por eso la investigación que realizamos tuvo en cuenta datos como si el lugar en donde se encuestaba estaba muy apartado, las personas víctimas del conflicto, si en el momento en que se realizó la encuesta los niños estaban estudiando, o la ruralidad”.
Estos datos también forman parte de la encuesta del DANE, pero están en otras secciones y no integradas al apartado sobre trabajo infantil, que no considera todas las edades, por eso la investigación tuvo como prioridad determinar la edad y el lugar de proveniencia de los niños, pues estos datos permitieron que el modelo funcionara e identificara el error.
Una regresión en estadística es una especie de emparejamiento entre datos, que evalúa toda la información y determina si tiene un grado de relación o no; por ejemplo, la edad o el lugar de origen y el trabajo infantil, y es precisamente esto lo que hizo el modelo jerárquico Bayesiano con enfoque espacial basado en el modelo Poisson-Logit, el cual permitió estimar los conteos reales de niños y niñas en esta estadística por cada departamento y edad.
Para estimar de manera precisa los niveles reales de trabajo infantil, el modelo emplea un enfoque basado en variables demográficas previamente identificadas como factores de gran influencia en el fenómeno de estudio, como la edad del menor, la proporción de niñas dentro del grupo de edad, el departamento de residencia y la ubicación geográfica.
“Aunque se utilizaron todos los datos de menores que reciben algún ingreso por el trabajo que desarrollan, aún falta la información de los que tienen actividades no remuneradas, datos que no se han analizado, pero que complementarían el modelo”, indica.
Añade que los porcentajes y datos faltantes encontrados se compararon con la base de datos del Departamento Nacional de Planeación, en donde se estima el riesgo los niños y niñas de caer en trabajo infantil, a partir de los datos de la GEIH y sus historiales en el Sistema de Identificación de Potenciales Beneficiarios de Programas Sociales (Sisben).
Por último, asegura que “la idea es que estos hallazgos se utilicen para generar mejores políticas públicas y sistemas de información en este tema, con seguimiento riguroso de la problemática para contribuir a que cada vez menos niños estén involucrados en este tipo de tareas”.
Uno de los objetivos de desarrollo sostenible es disminuir antes de 2025 el trabajo infantil forzoso, que contribuye de manera negativa a que niños desde los 5 años de edad no lleven a cabo su vida de manera normal, por lo que se necesitan mejores estadísticas para atacar el problema.
La investigación de la magíster Mondragón fue dirigida por la profesora Piedad Urdinola, actual directora del DANE.