Minería en Putumayo: comunidades advierten sobre daños ambientales irreversibles
El representante Cancimance, doctor en Antropología de la UNAL, advirtió que “la explotación minera, específicamente la extracción de cobre, puede causar daños ambientales irreversibles como la contaminación de las fuentes hídricas, la deforestación y la pérdida de biodiversidad”.
“Los casos en Colombia y en otras zonas de Latinoamérica nos han mostrado que los procesos de explotación de cobre sí generan daños ambientales a las fuentes hídricas; la mina en el Chocó, por ejemplo, nos está mostrando hoy conflictos socioambientales, nos muestra toda la contaminación que ocasiona la multinacional a las cuencas hídricas de la zona”, manifestó.
A lo largo de su historia, Putumayo ha experimentado explotación cauchera y petrolera, y ahora el temor se centra en la minera, específicamente en la remoción de millones de toneladas de tierra para extraer cobre, situación que, según expertos, deja grandes desafíos para las comunidades locales. Entre de los riesgos que conlleva esta actividad está que al extraer este metal se afecte la estabilidad de las montañas, y con ello las comunidades que viven cerca.
En Colombia, la explotación de cobre en la Amazonia se concentra en Putumayo y Cauca. En el municipio de Mocoa (Putumayo), la empresa canadiense Libero Cobre Ltda. tiene un proyecto para explotar un yacimiento de cobre y molibdeno, este último otro elemento natural que se puede aplicar en la generación de energía y en industrias como la de la construcción.
“En Chile, primer país exportador de cobre en el mundo, se ha reportado contaminación del aire y de las aguas con ácido sulfúrico, específicamente en Atacama, debido a los accidentes que ocurren durante las operaciones. Hay una proliferación de enfermedades respiratorias, de cáncer y disminución de la agricultura”, mencionó el antropólogo Cancimance.
Mauricio Cabrera, asesor del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, compartió detalles sobre el ordenamiento ambiental en torno al agua –un eje vital en el Plan Nacional de Desarrollo–, señalando que es clave enfrentar la “triple crisis” que se vive en el mundo: ambiental, de biodiversidad y de salud, reiterando que el cambio climático y la pérdida de biodiversidad son problemas críticos.
“Muchos de los conflictos territoriales son ambientales, derivados de la legislación minera vigente. Es importante considerar los derechos de las comunidades indígenas, negras y campesinas en este proceso de ordenamiento”, agregó.
También explicó que el Gobierno está abordando estos desafíos a través de la actualización del Plan de Acción de Biodiversidad, un documento de planificación que establece las acciones que Colombia debe implementar para conservar y usar de manera sostenible su biodiversidad. Sin embargo, existe la necesidad de transformar el territorio alrededor del agua.
Iván Montenegro, asesor del Ministerio de Minas y Energía, quien también participó del conversatorio, abordó el tema de la transición energética en Colombia, destacando la necesidad de hacer una transformación profunda que no se limite solo a la generación de energía, sino que incluya aspectos sociales y económicos.
“Es relevante la participación ciudadana en la definición de la hoja de ruta de la transición, teniendo en cuenta pilares fundamentales como la equidad; la gradualidad; la soberanía; la confiabilidad; la participación social vinculante y el conocimiento”, mencionó.
En relación con la explotación de cobre, señaló que “la transición energética debe abordar la dependencia del país del sector minero, proponiendo una extracción soberana que favorezca la transformación interna de los minerales, que impulse el desarrollo sostenible”.
Así mismo, dentro de los desafíos económicos vinculados a la transición energética, específicamente al referirse a la salida del carbón, dijo que este cambio no solo tiene implicaciones ambientales, sino que también plantea desafíos económicos significativos.
“Se pueden explorar y desarrollar estrategias que permitan compensar la pérdida de ingresos derivada de la disminución en la explotación de carbón. La diversificación de la matriz energética y el impulso de sectores emergentes podrían ser clave en este proceso”, reiteró.