Migrar, método de resistencia utilizado por las comunidades indígenas del Vichada
Los cuiba o “nómadas de los Llanos” son cazadores y recolectores e históricamente suelen desplazarse por vastas áreas del territorio colombiano, en especial por las sabanas y los ríos de Vichada y Arauca; sus tradiciones están íntimamente ligadas a la naturaleza, y sus prácticas espirituales y cotidianas reflejan un profundo respeto por el entorno que los rodea.
De otra parte, los sikuani han desarrollado complejas redes sociales y económicas basadas en la agricultura itinerante, que les permiten aprovechar los recursos de sus territorios sin agotar el suelo. Y los piapoco han mantenido una relación muy cercana con los ríos, utilizan sus aguas como una fuente principal de sustento y transporte.
“Pese a las presiones sociales ejercidas sobre estos pueblos desde el siglo XIX con la llegada de los colonos, la expansión de actividades extractivas como la petrolera, y el conflicto armado, estas comunidades mantienen su identidad cultural a través de su gran resistencia y movilidad”, precisa antropólogo Álvaro Hernández Bello, doctor en Antropología de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).
Dicha resistencia o capacidad de adaptación es una de las principales conclusiones de su investigación, que es el resultado de una década de trabajo con comunidades indígenas del Vichada, como fundador y director de la organización sin ánimo de lucro “Profesionales Amigos”, una red en la cual se forman jóvenes profesionales en diferentes ramas –además de contar con profesionales consagrados– dispuestos a apoyar iniciativas propias de comunidades indígenas y campesinas y acompañarlos en distintas solicitudes relacionadas con derechos humanos.
Estas incluyen desde resolver problemas cotidianos, como la falta de reparación en un internado o la irregularidad en la entrega de alimentos, hasta la necesidad de redactar solicitudes a entidades del Estado.
“Se trata de situaciones que resolvemos con las habilidades y los recursos que tenemos, como el acceso a un computador o a un teléfono, también hay peticiones más grandes, como recibir formación sobre nuevas leyes o apoyo en el fortalecimiento de la organización sociopolítica”, menciona el doctor en Antropología.
Nomadismo y sedentarismo
A raíz de la falta de registros históricos detallados sobre las comunidades indígenas de la región desde una visión diferente a la colonial, y por solicitud de la comunidad, el estudio se centró en recoger la memoria de este resguardo en el Vichada con un enfoque etnográfico, en donde se logra evidenciar que su autonomía ha sido posible gracias a una movilidad entre el nomadismo y el sedentarismo.
“Las migraciones requieren poner en práctica habilidades fundamentales para comer, dormir y transportar pertenencias. Los piapoco y los sikuani tienden a asentarse en un lugar durante meses o años, mientras que los cuiba viven en constante movimiento, durmiendo y comiendo de formas para las que los sedentarios no están preparados”, detalla el Ph. D. de la UNAL.
“Ellos acuden a dichas estrategias especialmente en tiempos de violencia, cuando quienes pueden moverse tienen más posibilidades de sobrevivir”.
Otra conclusión de la investigación es que la creación de resguardos en los años 80 hizo que incluso los grupos nómadas buscaran sedentarizarse como una estrategia de refugio. Aunque se creía que en los Llanos ya no había nómadas, algunas poblaciones, tras ser obligadas a moverse, adoptaron el nomadismo, pero luego volvieron a asentarse.
Este hallazgo hizo que el experto desarrollara el concepto de “repertorio de habilidades de adaptación”, que consiste en que las personas alternan entre habilidades nómadas y sedentarias según las circunstancias, manteniendo un espectro de estrategias de vida entre ambos extremos.
La documentación de estas historias y prácticas culturales ayuda tanto a preservar el legado de estas comunidades orinoquenses como a fortalecer su posición frente a las amenazas externas. Al contar con un registro más completo de su historia, las comunidades del Resguardo La Pascua pueden argumentar con bases más efectivas la defensa de sus derechos territoriales y culturales.