Metodología CTIALD ha facilitado la formación de miles de profesionales del sur del país
La metodología CTIALD se centra en aportar de manera integral a la formación de estudiantes de doctorado, maestría y pregrado en las áreas de las ingenierías agrícola, agronómica y ambiental, y también en las de zootecnia y agroecología.
“Los ingenieros de las áreas agrícolas, cuyo trabajo implica una interacción constante con elementos esenciales como el agua, el suelo, las plantas y la mecanización agrícola, encuentran en la metodología CTIALD una nueva perspectiva en su proceso de formación”, afirma el profesor Escobar dirigiéndose a los asistentes a la Primera Jornada Académica de Ingeniería Agrícola en la UNAL Sede Palmira, organizada por la Facultad de Ingeniería y Administración.
Más allá de los aspectos técnicos y científicos aportados por su propuesta, la iniciativa incorpora elementos artísticos, lúdicos y de deporte para crear un entorno propicio para el aprendizaje y trabaja en la sensibilización y la interacción con las comunidades locales urbanas y rurales.
En el ámbito académico, la metodología ha respaldado la realización de 57 trabajos de grado, 4 tesis de maestría y 3 de doctorado, lo que demuestra su validez y contribución al campo de las ingenierías. Desde hace 30 años, el profesor Escobar ha llevado este conocimiento a países como Perú, Chile, Brasil, Cuba y México, consolidando su impacto nacional y global.
El éxito en la implementación de la metodología CTIALD también se refleja en los logros académicos obtenidos por los estudiantes, que incluyen 3 tesis laureadas y premios nacionales en ecología e ingeniería agrícola, además de reconocimientos por los mejores trabajos de grado en el área ambiental, como el “Premio Nacional de Ecología Planeta Azul”.
El profesor Escobar recuerda que “esta propuesta surgió casi simultáneamente con mi actividad docente, pues hice un profundo cuestionamiento sobre el enfoque tradicional de enseñanza, que percibía rígido, aburrido y competitivo. Esto me llevó a explorar nuevas formas de educar basadas en la empatía, la colaboración y la participación activa de los estudiantes con las comunidades”.
“Aunque mi trabajo contempla las aulas de clase, un alto porcentaje se realiza en los territorios de las cuencas hidrográficas como máxima jerarquía en la planificación territorial colombiana, lo que nos ha permitido establecer y comprender relaciones sociales, económicas, culturales, técnicas, normativas, políticas y biofísicas de los territorios”.
Como herramientas de trabajo comunitario participativo, les permiten al estudiante tener un aprendizaje en áreas como: transecto ambiental; árbol de problemas; cartografía social; alternativas de remediación y mitigación; integración con los actores socioeconómicos del territorio; desarrollo simultáneo de actividades artísticas (música, cuentería, teatro y danza), lúdicas (creación de juegos con materiales reciclados) y deportivas (juegos autóctonos tradicionales); caminatas ecológicas; ciclopaseos; capoeira, y natación.
Entre las problemáticas identificadas a lo largo de sus investigaciones, el profesor Escobar destaca la necesidad de seguir mejorando la presencia de la Universidad en los procesos de organización y participación en comunidades y territorios: “es importante fomentar la igualdad y la fraternidad en la sociedad, crear redes de colaboración y apoyo mutuo”.
El legado del profesor Escobar se ha extendido a lo largo de las generaciones gracias a sus hijas, Johanna Ximena y Michelle, y a sus nietos Juaquito, Nahiara y Ángel, quienes participan en sus clases, prácticas y proyectos comunitarios. Además, desde su campo ha impulsado la formación de semilleros de investigación en el área ambiental en la Universidad.