Escudo de la República de Colombia Escudo de la República de Colombia
/Menos violencia y más cultura del fútbol, el reto de la política barrista en Medellín
Política y Sociedad

Menos violencia y más cultura del fútbol, el reto de la política barrista en Medellín

    Aunque las acciones tanto de las barras como de la administración local han contribuido a disminuir las violencias asociadas con el fútbol en la ciudad, también es urgente actualizar la política pública e incluir a otros actores sociales e institucionales para atender las necesidades de los barristas como ciudadanos, en temas como salud mental, inclusión, equidad, diversidad de género y reclutamiento forzado.

    En Medellín las políticas públicas orientadas al barrismo se originaron en 2007, y hoy la ciudad cuenta con una política local llamada “Cultura del fútbol”, reglamentada por el Acuerdo 075 de 2017. 

    En el contexto nacional, el Plan Decenal de Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol 2014-2024 presenta una serie de lineamientos y objetivos similares a los de la política local en torno a la cultura del fútbol en el país.

    El politólogo Luis Guillermo Brand Rendón, magíster en Estudios Políticos de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín, indagó sobre las razones que fundamentaron la construcción de dicha política y cómo las acciones de las barras y la administración local han consolidado y fortalecido la cultura del fútbol y del barrismo social.

    Con el objetivo de consolidar información sobre cómo se ha tratado el tema y cuáles han sido los mecanismos de intervención en esta materia, el magíster estableció unos lineamientos teórico-metodológicos y mapeó a los principales actores involucrados en la formulación de la política pública barrista para analizarla. También realizó entrevistas a representantes de las barras, académicos expertos en el tema y representantes de la administración local para conocer sus percepciones y la manera como ellos consideran que se deben atender las problemáticas relacionadas con el fútbol.

    Barras bravas, barras populares y barrismo social

    Según los hallazgos de la investigación, en las últimas décadas se han conformado “barras bravas” en las que se reproducen dinámicas sociales violentas no necesariamente asociadas con el fútbol. 

    Por su parte, las “barras populares” están dotadas de un sentido más político y se reivindican como actores sociales con incidencia en la toma de decisiones públicas alrededor del deporte. 

    En ese sentido, el “barrismo social” aparece como una herramienta para mejorar las condiciones de vida de los jóvenes que no se han visto representados o identificados dentro de ningún otro grupo o movimiento social.

    Actualización e inclusión, el principal reto

    Aunque la política ha sido útil para generar distintos procesos sociales con los barristas, encaminados a prevenir o erradicar la violencia dentro y fuera de las canchas, es necesario destinar más recursos para ampliar las acciones y actividades que permitan involucrar un mayor público barrista.

    Se determinó además que los jóvenes barristas necesitan más atención en salud mental, entendiendo que las problemáticas derivadas por la pandemia generaron nuevos conflictos en la sociedad, de las que ellos no están exentos.

    Una de las grandes problemáticas que quizá la institucionalidad o la misma política no visibiliza, son las desapariciones y el reclutamiento forzado que viven los barristas, situación que antes no era visible pero que hoy se debe atender, ya que las juventudes están permeadas por grupos ilegales armados, por lo que es necesario posibilitar herramientas de construcción civil y ciudadana, fortalecimiento del sistema educativo, de salud y otros programas que les permitan escapar de la violencia.

    Según el estudio, la actualización del Plan Decenal –adscrito al Ministerio de Igualdad y Equidad de Colombia– debería contemplar el tema de la memoria de las barras, sus integrantes y las víctimas de la violencia asociada con el fútbol, además de implementar acciones de atención y prevención –en vez de ser de coerción o limitantes– para el desarrollo adecuado del barrismo social y la cultura del fútbol, encaminadas, principalmente, al cuidado de la salud física y mental, como la prevención de las sustancias psicoactivas y el consumo responsable, entre otras.

    Ante los casos de violencia dentro y fuera de las tribunas, es necesario individualizar a las personas para que ejerzan las acciones legales pertinentes ante estos actos. 

    La investigación recalca que cualquier política de fútbol se debe orientar a un programa de acción y a una ruta de trabajo que posibilite un tejido social positivo. También conviene que las barras populares sean reconocidas como organizaciones sociales que tienen misiones y objetivos en el tiempo, y que buscan una visibilización positiva.

    En síntesis, según el estudio, la política pública “Cultura del fútbol” es quizá el único mecanismo real de participación de la barra popular dentro del ejercicio político en Medellín.