Medir la vulnerabilidad del terreno frente a sismos, crucial para evitar deslizamientos en proyectos viales

Según el Instituto Geológico Agustín Codazzi, un poco más del 21 % del terreno colombiano tiene alta susceptibilidad a movimientos en masa. Por esto, y teniendo en cuenta que la red vial del país se extiende en más de 214.000 km –entre vías primarias, secundarias, terciarias y privadas–, para facilitar el principal modo de transporte de carga y pasajeros, es crucial identificar y evaluar riesgos de deslizamiento en zonas específicas.

Este es uno de los principales retos a los que se enfrentan los proyectos viales. “Esa susceptibilidad a los movimientos en masa se debe tanto a la presencia de arcillas expansivas –es decir que cambian de volumen y presión según la humedad– como a alta pluviosidad o lluvia, y a la topografía accidentada, entre otros factores”, explica María Fernanda Mejía Pérez, magíster en Ingeniería - Geotecnia de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín.

La ocurrencia de estos eventos puede interrumpir el tráfico, causar daños a las viviendas, e incluso provocar pérdidas de vidas humanas. De ahí que, para su tesis de maestría, la investigadora haya trabajado con el índice de calidad HsQI, que identifica y evalúa con antelación riesgos geotécnicos en proyectos viales.

Esta metodología zonifica la susceptibilidad de los corredores viales, y desde su creación se ha complementado y validado por distintas tesis de posgrado con la intención de mejorar cada vez más su capacidad.

“En vista de que hasta ahora consideraba la lluvia como único detonante de los movimientos en masa, nosotros incorporamos otro factor igual de válido: el movimiento, es decir, el análisis pseudoestático representado en coeficientes sísmicos”, explica.

Para esto elaboró una síntesis de datos referentes a deslizamientos en proyectos viales, movimientos en masa y factores desencadenantes. “La herramienta tiene en cuenta la geometría del terreno, su geomorfología (estudio de la superficie terrestre), hidrogeología (análisis de las aguas subterráneas) y los parámetros de resistencia mecánica. Matemáticamente son seis condiciones, es decir seis ecuaciones. Nosotros incorporamos los coeficientes sísmicos a la variable del peso de estas, o sea a la variable que incluye a la inercia”, amplía.

Después de esta incorporación, validó la metodología en el corredor de la Conexión Vial Pacífico 2, que conecta el centro y el suroccidente colombiano. “Analizamos los primeros 12 km de vía y los puntos críticos priorizados. Luego utilizamos el software Slide para verificar la efectividad del modelo, es decir sus resultados frente a la realidad del territorio”.

Las obras de mitigación –que pueden ser de drenaje, muros de contención y anclajes, entre otras– dependerán de si la susceptibilidad de deslizamientos es alta, media o baja. “Revisamos estas obras y encontramos que el modelo corresponde adecuadamente, casi en una relación 1:1, mostrando los puntos y su grado específico de susceptibilidad; tanto así, que podemos concluir que tiene una tasa de asertividad del 91 %”, puntualiza.

Este método es útil para el sector público y privado, lo único necesario es que el proyecto vial a evaluar haya superado su fase de prefactibilidad, de manera que ya se conozca el terreno, sus características y haya un prediseño de la vía, con el fin de identificar los taludes que serán afectados y en los que se deben poner esfuerzos ingenieriles adicionales para evitar riesgos.