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Desarrollo Rural

Mejoramiento genético impulsaría la producción de agraz en el país

    Hoy en los supermercados 250 gramos de agraz cuestan en promedio 13.000 pesos, y aunque la mayoría proviene de cultivos comerciales, también existen variedades silvestres que crecen en las orillas de ríos y entre matorrales, lo que ha influido en el desconocimiento de su gran diversidad. Esta pequeña baya morada contiene altos niveles de fibra dietaria y antioxidantes, comparables a los de la linaza y el café. Así lo señala un estudio, cuyo objetivo es aprovechar sus beneficios para la salud y optimizar su cultivo mediante el mejoramiento genético.

    Investigadores de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) y de la Universidad Industrial de Santander (UIS) han encontrado en estudios que las variedades silvestres tienen compuestos de interés para la salud, por lo que trabajan en un gran proyecto de mejoramiento genético para incrementar la producción de este “diamante morado” y así potencializar su cultivo.

    “Queremos identificar las variedades más prometedoras en términos de contenido nutricional y adaptabilidad a diferentes condiciones de cultivo, lo cual nos permite aprovechar ese recurso genético para en un futuro mejorar el cultivo del agraz, como lo hicimos hecho con la papa amarilla”, explica el profesor Carlos Eduardo Narváez, de la Facultad de Ciencias de la UNAL Sede Bogotá.

    En los 21 años que lleva estudiando químicamente diferentes alimentos, el profesor Narváez no duda en asegurar que el agraz es un alimento prometedor y que una de sus características más sobresalientes es su alto contenido de compuestos bioactivos, en particular los fenólicos y la fibra dietaria, muy conocida por facilitar el tránsito intestinal y ayudar a controlar los niveles de azúcar en la sangre y el colesterol.

    Un superalimento

    Los estudiantes Angie Guevara, de la Maestría en Ciencia y Tecnología de Alimentos, y Heiner Toloza, de la Maestría en Ciencias Químicas de la UNAL, forman parte del Grupo de Investigación en Química de Alimentos liderado por el profesor Narváez, y han dedicado meses a analizar meticulosamente cientos de muestras de agraz recolectadas en Santander, Boyacá y Cundinamarca.

    Otros investigadores aliados recorrieron páramos y zonas boscosas de estos departamentos, recolectando muestras de agraz de plantas silvestres y de cultivos en fincas bajo condiciones más controladas. El gran reto fue esperar con paciencia el punto exacto de madurez de todos los frutos para tomarlos y evaluarlos.

    Una vez en el laboratorio, comenzó un proceso meticuloso de preparación de las muestras. Allí se lavaban, seleccionaban y pesaban antes de someterlas a un proceso de liofilización, una técnica de secado en frío que preserva la integridad de los compuestos bioactivos del fruto, aquellos que cumplen funciones en el cuerpo.

    “La liofilización es importante porque nos permite detener los procesos biológicos del fruto y conservar sus propiedades para el análisis; a partir de este proceso los frutos se muelen y tamizan para obtener el polvo fino que luego fue analizado en diferentes estudios”, explica la estudiante Guevara.

    Gran fuente de fibra

    Uno de los objetivos centrales de la investigación fue analizar la fibra dietaria del agraz. Este componente es esencial para la salud digestiva y el equipo buscaba determinar no solo la cantidad total de fibra, sino también dividirla en fibra soluble e insoluble. La primera se disuelve en agua y forma un gel en el intestino, que retrasa la absorción de los nutrientes, especialmente de los azúcares, mientras que la segunda facilita la evacuación de las heces​, lo que evita el estreñimiento.

    Para calcular la fibra, los investigadores simularon en laboratorio el proceso digestivo humano: “usamos enzimas para digerir el fruto, y con la ayuda de un sistema de filtrado separamos y medimos la fibra soluble y la insoluble”, detalla la investigadora.

    Después de las mediciones encontraron que las muestras de agraz silvestre de Santander contienen niveles más altos de fibra que los frutos de cultivos comerciales, lo que les otorga un mayor valor nutricional.

    Potencial antioxidante

    Además de fibra, se analizaron los compuestos fenólicos –que incluyen antioxidantes clave como las antocianinas (responsables de su característico color) y el ácido clorogénico– un potente antioxidante que protege las células del daño y envejecimiento prematuro causado por los radicales libres.

    Para extraer estos compuestos, los frutos molidos se mezclaron con solventes especiales y se analizaron mediante cromatografía líquida, una técnica avanzada que permite identificar y cuantificar los antioxidantes presentes en el agraz. Después del proceso se observaron en el computador picos que dan información sobre la identidad de dichos componentes y sobre la cantidad presente en las muestras.

    En las variedades silvestres de agraz de Santander se encontraron niveles significativos de antocianinas y de ácido clorogénico, el cual ayuda a reducir la inflamación y a controlar los niveles de azúcar en la sangre.

    Estos resultados son importantes insumos para darle continuidad al macroproyecto que busca mejorar el cultivo de este fruto. Los investigadores comentan que “estamos realizando estudios genéticos que permitirían identificar los genes específicos relacionados con compuestos bioactivos y fibra dietaria, lo cual facilita seleccionar los individuos más prometedores para utilizarlos como parentales en un programa de mejoramiento del cultivo”.