En diálogo con la Agencia de Noticias UN, el director de Marengo, Óscar Eduardo Suárez, reveló que este 22 de noviembre, se harán las pruebas para comprobar los resultados del filtro inventado por este centro de estudios de la UN en Bogotá, a partir del carbón semiantracita, que existe en Ubaté y que, luego de un proceso de decantación con la misma naturaleza de los humedales, serviría para el tratamiento de aguas residuales de los municipios de la Sabana.
"A raíz de experiencias conocidas en países desarrollados, generamos acciones correctivas con las metodologías y las materias primas que ellos utilizan y que aquí tenemos en el país. En la Jagua de Ibirico, Magdalena, y en el valle de Ubaté, existe el carbón antracita que tiene unas características especiales para la depuración de aguas y que serviría para la misma limpieza del río Bogotá", afirmó.
Agregó que en esos carbones se analizaron humedad, cenizas, carbono fijo, azufre y volatilidad. Dichos elementos, en menores proporciones, generan un carbón con mayores potencialidades para su uso y aplicación en la filtración y depuración de agua que han funcionado de manera interesante.
"Vamos a hacer el contramuestreo para determinar si los líos presentados en las unidades y en el canal se deben a las aguas servidas de los municipios aledaños al canal. Vamos a trabajar con metales pesados, una de las principales preocupación, y además constatar el estado de los filtros con este carbón", dijo. A finales de este mes se conocerán los resultados.
El tratamiento
El profesor Suárez recordó que la anterior muestra se hizo hace ocho meses, cuando el experimento se dividió en tres partes. Primero, se tomó una muestra del canal que la Corporación Autónoma Regional (CAR) destinó para el drenaje con aguas del río Bogotá. Ese canal, llamado La Ramada, soporta un tratamiento previo con el fin de utilizar sus aguas en riego y otras actividades. No obstante, al parecer estas aguas se contaminan con las servidas de los municipios de Mosquera y Funza, y otros residuos algo nocivos que se reciben en el camino.
"La segunda parte fue pasar las aguas del canal a las plantas de tratamiento que tenemos en Marengo, y la tercera parte de la prueba fue cambiar los filtros tradicionales de arena, grava, carbón coque o activado, por este carbón antracita. Los resultados saltan a la vista", comentó el profesor.
En la primera prueba se analizaron temperatura, pH, dureza, conductividad, sólidos, alcalinidad, turbiedad, calcio, hierro, manganeso, sulfatos, fosfatos, bicarbonatos, cloruros, entre otros elementos químicos, y se demostró que el agua del canal de la CAR no es potable. "Las observaciones del laboratorio indicaron que esa agua tomada directamente del vallado presentaba dureza, color, conductividad específica y sólidos, con un pH ligero ácido. No se cumplía con el Decreto 1594 de 1984, de potabilidad", resaltó.
Indicó que luego se pasaron las aguas del canal por las plantas tradicionales de Marengo y volvió a arrojar los mismos resultados: no era potable y se recomendaba tratar cada metro cúbico con sulfato de aluminio y con hipoclorito de calcio, para usarse en riego y consumo animal, nada más. Pero cuando se pasaron por los filtros con el carbón semiantracita, el laboratorio sí confirmó el cumplimiento de las especificaciones.
"Ahora vamos a hacer un contramuestreo ocho meses después de los primeros análisis para mirar los tiempos de duración del filtro. Algunas unidades hicieron los análisis seis meses después de la prueba y las condiciones se mantenían. A finales del mes tendremos los resultados con las nuevas muestras y dependiendo de ellas determinaremos si es necesario hacer la limpieza del filtro o cambiarlo. Estamos seguros de que la primera fase generó los resultados esperados", puntualizó.
Con este trabajo adelantado por la Universidad Nacional de Colombia se daría un paso adelante en la limpieza del río Bogotá.