La Región Andina es un sistema montañoso del sur del continente americano, que se extiende desde Chile hasta el noreste de Venezuela, pasando por Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia, países que poseen recursos naturales y biodiversidad de primer orden global, representados en el 25% de variedades de especies vegetales y animales del mundo, y en el 20% del total del agua del planeta.
En esta zona se destacan actividades económicas como la agricultura, la ganadería y, en menor medida, la pesca (captura y acuicultura o cultivo de peces), que en el caso de Colombia contribuye solo con el 1,34% de la producción alimentaria de la región, con un consumo per cápita de 4,1 kg por año, cifra baja comparada con las de países como Perú, donde representa el 48,9% de su producción, mientras el consumo por persona es de 21,1 kg por año.
Bondades de la acuicultura
Luego de reconocer el impacto que la acuicultura tiene en la economía de un país, el Grupo de Investigación en Recursos Hidrobiológicos de la Universidad Nacional de Colombia en Palmira decidió averiguar si la Región Andina era apta para el cultivo de peces, y si esta actividad podía convertirse en una alternativa de seguridad alimentaria para algunas zonas del continente. Para ello inició un estudio entre el año 2008 y el 2009, con el apoyo financiero del Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional (CGIAR, por sus siglas en inglés), que buscaba analizar la productividad del agua en cuencas hidrográficas y su relación con la pobreza.
En la primera etapa del proyecto se definieron las variables que determinarían los sitios aptos para el cultivo de peces: disponibilidad del agua, aptitud del terreno, disposición de áreas libres, tamaño de la población demandante (que habita cerca de los ríos o lagunas) y acceso a mercados potenciales. En la segunda, se realizaron visitas de campo a sistemas acuícolas del Valle del Cauca y de la cuenca Jequetepeque en Perú, para conocer el uso y manejo que le dan a las aguas de la cuenca en estas zonas.
Agua, terreno y población, indispensables
Según la ingeniera ambiental Alexa Ramírez, coautora de la investigación, lo primero que se hizo fue determinar la disponibilidad del agua. "La proximidad a las fuentes hídricas permite definir qué tan fácil es el acceso a este recurso. Así se tiene una idea del costo en cuanto a la estructura del sistema".
La aptitud del terreno se precisa por su textura, moldeada por la arcilla, que juega un papel fundamental: "A mayor arcilla menor infiltración de agua en el suelo. Esto es importante para mantener los niveles de agua en los estanques, pues los sistemas acuícolas planteados en el modelo de investigación son construidos directamente sobre el suelo por su facilidad y economía", explicó Ramírez.
Debido a su adaptabilidad a las condiciones climáticas, a la preferencia por parte de los consumidores y a la facilidad con que se producen y comercializan en cualquiera de los países de la Región Andina, la trucha y la tilapia fueron las especies seleccionadas por los investigadores para cultivar.
Las zonas donde confluyen estas variables fueron ubicadas con el fin de impulsarlas y aumentar la producción acuícola de la región. "Nuestro objetivo es mejorar la utilización del agua para brindar seguridad alimentaria, sin afectar el empleo que se le da actualmente en la agricultura y la ganadería", asegura John Josephraj Selvaraj, doctor en Manejo de Recursos Naturales y director de la investigación.
Optimización de los terrenos
Los resultados de este estudio fueron mapas que claramente muestran las áreas con mejor aptitud acuícola en la Región Andina, producto de los intervalos definidos para cada variable, y de su suma ponderada a través del sistema de información geográfica (ver mapa 1). Los datos fueron validados a través de la información proveniente de sistemas acuícolas existentes, ubicados en los departamentos de Antioquia, Valle del Cauca (ver mapa 2), Tolima y Huila, asumiendo que estaban ubicados en áreas con aptitud acuícola.
Según el estudio, los indicadores más acertados para definir las zonas promisorias son la pendiente, distancia a fuentes hídricas y distancia a áreas urbanas. "El modelo definió un área total de 139,33 km2 a lo largo de la Región Andina", asegura la ingeniera ambiental Alexa Ramírez.
Para el caso de Colombia, los departamentos más promisorios son Valle del Cauca, Tolima y Antioquia.
Según el profesor Selvaraj, la utilidad práctica del proyecto radica en que "los modelos les permitirán a los habitantes conocer si sus tierras son aptas para el desarrollo acuícola". El estudio fue realizado a escala regional, por lo que, asegura, "se espera trabajar en un futuro cercano con datos de alta resolución para identificar con mayor precisión la aptitud y la tierra a escala local".
Los investigadores están convencidos de que sus resultados abren el camino para que los gobiernos miembros de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y las organizaciones e instituciones del país analicen las zonas con mayor necesidad alimentaria que coincidan con las áreas de aptitud acuícola, e implementen programas que ayuden a dar soluciones a esta problemática.
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