Luego de una prueba de sonido a las seis de la tarde y un vaso de whisky bien cargado en el camerino, Dibango estaba listo para su espectáculo. Pasadas las ocho de la noche, de este sábado 30 de enero, el auditorio León de Greiff quedó sumido en un silencio casi meditativo. Las luces y los músicos comenzaron entonces su habitual juego de bienvenida y finalmente el maestro africano emergió de la oscuridad ante un auditorio que de pie gritaba repetidamente ¡Makossa!
Y no era para menos. Los fanáticos del jazz y los seguidores de ésta particular fusión de ritmos que van desde el soul hasta la salsa y los sonidos tradicionales del continente africano, esperaban con ansias una presentación que se había postergado durante décadas.
Luego de una animada presentación en Cartagena en el marco del Hay Festival, el turno fue para Bogotá donde este artista reconocido por la Unesco en su lucha por la paz y creador del pegajoso ritmo Soul Makossa - que no ha parado de escucharse desde hace más de treinta años - deleitó al público con canciones como Woa, Lion of Africa y Groovy flute.
Acompañado de sus cinco músicos, una corista africana y otra española, el músico que reside en Francia desde los 15 años, no se dejó amilanar por la altura de la capital colombiana. Aunque a varios de sus acompañantes les faltó oxígeno, a Dibango le sobró el aire en los pulmones para hacer estallar su saxofón dorado con su particular mezcla de música tradicional y contemporánea que retumbó sin descanso hasta convertir el León de Greiff en una masa de pie bailando hasta la última canción.
La presentación fue posible gracias a una alianza entre la Dirección Nacional de Divulgación Cultural de la UN y el Hay Festival.
La entrevista completa con el maestro será publicada en la edición de febrero de Carta Universitaria.
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