Un análisis de la cobertura que ofrecen las 66 rutas de siete empresas de transporte público colectivo, mediante accesibilidad geográfica, llevó a Jorge Alberto Montoya, magíster en Ingeniería, Infraestructura y Sistemas de Transporte de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales, a determinar las necesidades de la capital de Caldas con respecto a este servicio.
La accesibilidad geográfica, que se refiere a la facilidad a la que se puede llegar a un lugar, y el radio efectivo, que analiza si las paradas de bus están bien ubicadas, es el método utilizado para examinar si en la ciudad existe una cobertura adecuada y si los usuarios están satisfechos con los puntos de abordaje dispuestos por la Alcaldía de Manizales para el servicio de transporte público colectivo.
El proyecto abarca cuatro fases consecutivas: recolección de información, en la cual se analizaron datos físicos y operativos que incluyen paradas de autobús, velocidades de operación y frecuencia de este servicio; estructuración de la accesibilidad, que busca que el transporte público colectivo tenga mayor cobertura; método de estudio, radio efectivo; y análisis de cobertura, que evaluó área, población, estrato socioeconómico y accesibilidad.
Con esta investigación, el magíster estableció que gran parte de la ciudad se desplaza sin inconvenientes en transporte público colectivo en un tiempo promedio de viaje de 35 minutos, pero existen sectores de la ciudad "como Maltaría y la vereda La Linda" con grandes dificultades, reflejadas en el clamor de los ciudadanos que habitan o laboran en estas zonas para acortar más los tiempos de espera.
También se evidenció que algunos barrios de Manizales que tienen pocos habitantes cuentan con una adecuada cobertura de transporte, lo que entorpece la movilidad, que al estar mejor distribuida cubriría los espacios en los cuales el servicio es débil.
Después de bajar de los vehículos algunos ciudadanos que usan este servicio y que viven o trabajan en zonas periféricas tienen que caminar largos trayectos para llegar su destino final, el cual en su mayoría es alejado, lo que degrada su calidad de vida, pues el tiempo que gastan en el desplazamiento a pie podrían emplearlo en otras actividades, destacó el investigador.
El estudio también mostró que los usuarios de estrato 1 son los más afectados por las vías de acceso y porque las siete empresas que prestan el servicio no cuentan con las rutas para satisfacer sus necesidades.
Después de analizar la distribución de paradas de bus, el investigador concluye que la mayoría de las estaciones de abordaje están en el centro de la ciudad, porque allí se concentra la actividad comercial y de servicios. En esta zona también hay mejor accesibilidad, porque tiene mejores características físicas y operativas del sistema.
Según cifras de "Manizales cómo vamos", en 2017 el 49 % de la movilidad de la ciudad se llevó a cabo a través buses o busetas, lo que representa la necesidad de contar con vías y rutas aptas para responder a esta demanda.