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Salud

Maltrato infantil se presentaría más en menores de cinco años

    La población en este rango de edad sería más propensa al abuso físico y al maltrato, y el riesgo aumentaría cuando pertenecen a un estrato socioeconómico bajo.

    La mayoría de estas lesiones, que afectarían más a los varones, se darían a nivel de clavícula, la parte larga del fémur y los huesos de los extremos de los dedos de las manos y los pies. Los pequeños también presentarían varias estadías de cicatrización y fracturas múltiples.

    Así lo concluye un estudio realizado por el doctor Wilmer Aponte Barrios, médico cirujano especialista en Radiología, fellow en Imagen Corporal y docente de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), cuyos resultados fueron socializados en la conferencia “El papel de las imágenes diagnósticas en el maltrato infantil”, del programa #SaludUNALContigo.

    El estudio realizado junto con un grupo de investigadores en 2017, incluyó a 43 pacientes, en 30 de los cuales se identificó maltrato infantil. De estos, el 57 % eran del género masculino y el 43 % femenino, y un 80 % estaban entre los 0 y 4 años.

    A nivel psicosocial, 13 de los menores eran criados por madres solteras, en 5 de ellos se identificó riesgo por consumo de sustancias psicoactivas, violencia intrafamiliar (9), niveles socioeconómicos bajos (8), y delincuencia (3).

    El maltrato físico infantil, definido como cualquier acto físico llevado a cabo por el padre u otro cuidador, resulta en lesiones físicas o heridas. “Los niños maltratados tienen más riesgo de sufrir consecuencias físicas, psicológicas y comportamentales graves a corto, mediano y largo plazo, aumentando además el riesgo de suicidio y el consumo de sustancias psicoactivas”, advierte el doctor Aponte.

    El especialista detalla que “el maltrato infantil no tiene una guía de diagnóstico y es difícil de establecer, sin embargo, se logra después de hacer un examen físico apoyado con radiografías, tomografía de cráneo (cuando sea necesaria) y algunos estudios de laboratorio como pruebas de coagulación, enzimas hepáticas y transaminasas, entre otros. El diagnóstico es la unión de todo esto por un grupo experto, para determinar si existe o no el maltrato”.

    Señales de alerta

    Según el experto, una de las alertas que hace sospechar a un profesional de la salud sobre un posible caso de maltrato infantil son las lesiones centinela.

    “Por ejemplo, si se ve a un niño con lesiones en diferentes partes del cuerpo, como extremidades, abdomen y tórax, entre otras, apunta a que deben llamarse lesiones centinela y es un indicio de maltrato infantil, además si esas lesiones tienen diferentes etapas de cicatrización o dejan patrones o marcas y mordedura”.

    Advierte además que aunque estas señales son claves para la sospecha de maltrato infantil, el diagnóstico debe ser confirmado únicamente por un grupo de expertos que evalúe los casos sospechosos reportados por los médicos generales que detectan estas señales.

    En el estudio realizado, estas señales mostraron que había múltiples lesiones en los cuerpos de los niños en diferentes lugares, seguidos de distintos estados de cicatrización, es decir que lo habían golpeado en diferentes momentos. Se identificaron también lesiones en patrón (6 %), equimosis (12 %) y quemaduras (17 %).

    Relatos, otra valiosa herramienta

    Considerando los relatos como factor clave en la determinación del diagnóstico de maltrato, el 58 % de los casos confirmados contó con relato por parte de los menores, lo que, según el profesor Barrios, hace concluir que hay que creerles a los niños. “Otro factor importante son las incongruencias en los relatos –el 11 % fueron de los padres y cuidadores–, los relatos cambiantes (10 %) y que atribuyen la lesión a otras causas, por ejemplo producidas por otro niño”, detalla el especialista.

    Una problemática silenciosa

    Según estudios que recopilan casos de maltrato infantil en Estados Unidos, en 2015, la mayoría de los casos de maltrato estaban dados por negligencia. Por ejemplo, cuando en algunos casos los pequeños se fracturan, no son llevados al médico de forma inmediata; o también cuando el niño pequeño es descuidado por sus padres en el aseo personal, no va al colegio en la etapa correspondiente, entre otros casos.

    Destaca además que en los estratos altos predomina el abuso psicológico mientras que en los bajos predomina el abuso físico y aparecen mayores casos de abuso sexual.

    Según cifras de 2012 del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, entre 2006 y 2011 se presentaron en Colombia 1.423 casos de abuso físico infantil.

    Por su parte, datos del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), desde enero de 2002 hasta enero de 2013, señalan que a esa entidad ingresaron 16.457 menores y adolescentes por maltrato, de los cuales, el 51,5 % eran niños y el 48,5 % niñas. Entre los departamentos con mayor número de ingresos por maltrato infantil se encuentran Caldas, Nariño, Boyacá, Antioquia, Valle, Atlántico, Cundinamarca, Magdalena y Cauca, además de Bogotá.