¡Los hongos macromicetos también son resistentes al glifosato!
Algunas cepas de hongos macromicetos han demostrado resistencia al glifosato. Foto: María Paula Arévalo Gómez, bióloga de la UNAL.
El glifosato es un herbicida usado en el país para erradicar cultivos ilícitos de coca, amapola y marihuana. Foto: Jeimi Villamizar, Unimedios.
Este herbicida tiene un grave impacto en la salud humana y de la naturaleza. Foto: Jeimi Villamizar, Unimedios.
Cultivos líquidos en los que se evaluó la interacción entre el glifosato y el hongo Xylaria sp. Foto: María Paula Arévalo Gómez, bióloga de la UNAL.
María Paula Arévalo Gómez, bióloga de la UNAL. Foto: María Paula Arévalo Gómez, bióloga de la UNAL.
Se estima que entre 1992 y 2020 se han rociado en el país cerca de 1,8 millones de hectáreas. La medida empezó cuando en el país se decidió realizar aspersiones con glifosato para erradicar cultivos ilícitos en zonas rurales, a través del Consejo Nacional de Estupefacientes.
Según estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades del mismo país, la exposición a este herbicida tiene efectos potencialmente cancerígenos tanto en humanos como en animales.
De hecho, en los últimos años el Estado colombiano ha perdido al menos 230 demandas por un valor aproximado de 2,11 billones de pesos. En vista de esta problemática, y de la necesidad de hallar una solución a los efectos nocivos del glifosato en el país, la investigadora María Paula Arévalo Gómez, del grupo de investigación Química de Hongos Macromicetos Colombianos, de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) –liderado por la profesora Carolina Chegwin, del Departamento de Química–, se propuso estudiar la forma en que 12 cepas de estos hongos pueden sobrevivir o no a la presencia del herbicida.
El estudio se basa en investigaciones pasadas que proponen que las bacterias y los hongos micromicetos han logrado alimentarse del glifosato o utilizar sus componentes como nutrientes, pues esta sustancia contiene nitrógeno, fósforo y carbono que les permite crecer.
Hasta ahora no existían registros relacionados con cepas nativas de hongos macromicetos, lo cual despertó el interés del grupo de investigación por determinar si la “vía del shikimato” –una ruta metabólica que interfiere el glifosato en las plantas y otros organismos– se estaba perjudicando en estos curiosos seres con grandes fructificaciones.
“Primero sometimos 12 cepas de estos hongos a diferentes concentraciones de glifosato: 200, 600 y 1.000 partes por millón (ppm). Dentro de las cepas había 10 nativas, proporcionadas por el Laboratorio de Fisiología de Hongos del Departamento de Biología de la UNAL y el grupo BioMicro de la Universidad de Antioquia, entre otras instituciones”, explica la investigadora.
El procedimiento se realizó en un medio de cultivo sólido, en pequeñas cajas de Petri, en donde los hongos entran en contacto con la sustancia de interés; 5 de ellos no disminuyeron su crecimiento en presencia del glifosato, frente a los que no se les aplicaba nada.
Los hongos que ganaron en esta etapa fueron: Xylaria sp., Cerrena sp., Oxyporus sp., Grammothele sp., y una última cepa en proceso de identificación que el grupo llamó YW G-12. “Entonces debíamos elegir a alguno y probarlo en un medio líquido, que es en donde se evidencia si existe una incidencia en la biomasa o producción de pellets, que son pequeñas bolas que estos organismos producen de manera natural y que tienen diversos usos en la industria de los hongos medicinales o para remediación de aguas”.
“En este paso se escogió a Xylaria sp., ya que fue el que tuvo mejores resultados. Los hongos se dejaban incubando por 12 horas en un medio con 1.200 ppm de glifosato, y la dosis se aumentó para ver lo que ocurría. En los tres ensayos se obtuvo un crecimiento considerable comparado con la muestra que no estuvo en contacto con el herbicida”, explica la bióloga Arévalo.
Añade que “la biomasa, que es el peso del hongo, aumentó bastante y los pellets tuvieron proyecciones mayores, es decir que de ellos brotaban estructuras o filamentos, que al parecer dan cuenta de un cambio metabólico, debido a una buena adaptación o tal vez a alguna situación de estrés.
En la parte final del estudio se evaluó si la cantidad de glifosato disminuye en presencia del hongo, para lo cual se empleó un cromatógrafo iónico, equipo que permit evidenciar la concentración total de este herbicida; el hongo logró reducirlo en un 1,3 %, un porcentaje que a simple vista no parece muy alto, pero que es el primero que se registra para este tipo de hongos nativos en el país, por lo que su relevancia es muy promisoria.