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Política y Sociedad

Legalidad y educación para el control de cultivos ilícitos

  • La legalización de cultivos ilícitos, tema en Cátedra de la Paz. Fotos: Andrés Almeida Guano

  • La Cátedra se realiza en la Sede Manizales con invitados nacionales.

  • Para el experto, las drogas no tienen subgéneros ni se dividen en categorías.

  • El reemplazo de cultivos permitirá nuevas opciones económicas para los campesinos.

  • La próxima sesión de la Cátedra de la Paz contará con el profesor de la U.N. Carlos Medina.

  • Jorge Ronderos Valderrama, sociólogo egresado de la U.N. Sede Bogotá.

"La idea de que solo las drogas ilícitas afectan la salud es un argumento sin fundamentación sólida", dijo el sociólogo Jorge Ronderos Valderrama, durante su participación en la Cátedra de la Paz, realizada en la Sede Manizales.

En la conferencia, a la cual llamó "Culturas y drogas: posconflicto, mitos y realidades", el profesor Ronderos, adscrito al Departamento de Antropología y Sociología de la Universidad de Caldas, se refirió al contexto histórico de las drogas y a cómo la única diferencia entre las legales y las ilícitas se debe a intereses económicos y políticos para su control.

"No existen las drogas buenas o malas, solo existen las drogas y todas significan lo mismo: sustancia biológicamente activa que al consumirse o usarse por parte de un ser vivo tiene efectos en su comportamiento, en sus emociones y en su manera de percibir", enfatizó el experto.

Con base en su trayectoria e investigación sobre el tema, el sociólogo mencionó que son las personas quienes le dan una referencia teórica o interdisciplinar a las drogas, pues de esto depende que su uso sea bien o mal visto.

"La historia así lo comprueba. Según la cultura, las drogas han subsanado necesidades farmacéuticas, cosmetológicas, medicinales, sagradas y alimenticias, cuando en teoría todas son mercancías y  desarrollos tecnológicos", agregó Ronderos Valderrama.

Es por ello que al preguntarle cuál debería ser la resolución que en los diálogos de paz se debería tomar con respecto a los cultivos ilícitos, el investigador subrayó que la legalización es el mejor camino para decidir sobre aspectos aún más relevantes como el desminado, la restitución de tierras y los nuevos cultivos.

"En el acuerdo se plantea que, primero, se debe resolver el problema a nivel internacional, que sería la insistencia de Colombia por legalizar las drogas. En ese sentido estoy de acuerdo, pues si en un supermercado venden veneno, es la persona la que decide si lo toma o no y no es prohibido venderlo, igual pasa con las bebidas alcohólicas", añadió el invitado a la Cátedra.

Asimismo expresó que es vital pensar y cuestionarse sobre la influencia que los cultivos ilícitos tienen en los alimentos, además de las estrategias de educación y la información objetiva que se debe difundir sobre los riegos que tiene cualquier sustancia. "Por ejemplo, hoy en día el consumo de azúcar es muy perjudicial, pero en ningún paquete de los empaques de este producto nos informan como consumidores que hace daño a la gente", advirtió.

Para resolver el problema de los cultivos ilícitos, también se debe tener en cuenta un cambio de actividades o reemplazo de cultivos, es decir, que se generen cultivos productivos para que los campesinos puedan producirlos, comercializarlos y vivir de estos.

Para finalizar, el invitado dijo que el término "política antidrogas" no es el mejor para la creación de una política democrática y responsable ante el uso de las drogas, basada en una educación para la vida y con una información de carácter científico, para que sean las personas quienes decidan qué es lo que quieren consumir y sean responsables de sus actos.