Lectura automatizada de placas vehiculares agilizaría ingreso a la UNAL Sede Manizales
Con esta iniciativa de bajo costo se quiere generar un impacto tecnológico y ambiental para la Sede, pues se simplifican tareas, se agilizan procesos, y además se acabaría el uso excesivo de papel.
A la Sede ingresan en promedio 50 automóviles al día por cada jornada académica (mañana, tarde, y noche), sin contar los foráneos, es decir los usuarios que llegan a la Universidad como asistentes a reuniones y actividades académicas y culturales.
En casi todos los campus de la Universidad el servicio de parqueadero funciona mediante un registro en papel, o llenando los datos en la minuta del vigilante, un proceso que en horas pico puede durar tardar varios minutos, alargando la fila de vehículos.
Un grupo de estudiantes de Administración en Sistemas Informáticos –liderado por los profesores Néstor Darío Duque Méndez y José Albeiro Montes Gil, del Grupo Ambientes Inteligentes Adaptativos (GAIA)– propone usar el “reconocimiento óptico por caracteres” para optimizar el servicio. En este, una cámara web captura la imagen de la placa del vehículo y envía una señal de datos a través de red local de la Universidad (ethernet), para que un “Raspberry Pi” (computador pequeño) valide el número y autorice el ingreso.
El sistema se diseñó en una plataforma Flask, un marco de trabajo (framework) que se utiliza para crear aplicaciones web con lenguaje de programación Python.
El desarrollo se viene realizando desde 2022 y ha requerido de una programación detallada para evitar al máximo los errores, y haciéndolo más sensible y eficaz a la hora de hacer la lectura.
Luego de terminar su programación base, este año se han adelantado las pruebas in situ llevando el sistema al parqueadero de docentes del Campus La Nubia, pero antes se les pidió a 20 profesores preingresar sus datos personales básicos a través de un formulario que se puede enviar por correo o por WhatsApp, con: nombre, profesión, contacto, facultad, placa y tipo de vehículo.
Después de diligenciar el formulario se les pidió ingresar con el vehículo para determinar la sensibilidad del sistema y se identificó una fiabilidad de más del 90 %, ya que el computador detectó la placa a 1 m de distancia.
“La idea es que se pueda leer incluso a 3 m, y además el código se puede agregar a un torniquete o barrera de paso para que genere algún movimiento y permita el acceso, o si se desea, por medio de un sonido (pito) o una luz, verde: sí, y rojo: no autorizado. Queremos implementarlo a inicios de 2024 en la puerta principal, inicialmente en el Campus La Nubia”, explica el estudiante Thomas Agudelo Londoño, encargado de integrar los sistemas en este proyecto de investigación.
El sistema propuesto puede brindar un control más preciso de la información, ya que está destinado para un público específico, en este caso para la UNAL.
Además permitirá hacer estudios futuros como el uso del espacio, identificando en qué periodos del año está más libre, información que serviría para optimizar la realización de otras actividades científicas o recreativas.
Incluso, mediante este se podría analizar la huella de carbono que se produce en estos espacios, teniendo en cuenta datos como el monitoreo de la cantidad de carros y el material particulado concentrado que estos expelen.
“No se trata de acabar con la función del personal de seguridad, por el contrario, se trata de brindarles herramientas que les ayuden en su labor, ya que tendrán un mejor control de los vehículos que ingresan a la Sede”.
“Además permitirá saber cuántos cupos quedan disponibles cuando sale un carro, para evitar notificaciones continuas por radio, y el tiempo en la entrada se podría disminuir a 5, máximo 10 minutos, y si ocurre alguna situación de emergencia se identificará con mayor facilidad a su propietario”, menciona el estudiante Agudelo.
Por ahora el sistema funciona conectado a la corriente, pero en el GAIA evalúan alternativas para que funcione con energías renovables como paneles solares (energía fotovoltaica) o hélices (energía eólica), para que mantenga una respuesta óptima en tiempos de lluvias o tormenta, un fenómeno habitual en la ciudad cuando se va la luz.