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Medioambiente

Lecciones para evitar inundaciones en el futuro

No se debe cometer el error de pensar que lo que pasó en el 2011 en las localidades de Kennedy y Bosa, en Bogotá, fue un evento desafortunado y no un error de planeación.

Así lo advirtió Gerardo Ardila, director del Instituto de Estudios Urbanos (IEU) de la Universidad Nacional, quien aseguró que el año pasado se tuvo la percepción de que aumentaron los períodos de lluvia, que produjeron inundaciones no solo en la Sabana de Bogotá sino en todas las regiones del país; sin embargo, de acuerdo con las estadísticas, los ciclos de lluvia no fueron muy distintos a los que históricamente se manejan.

"La gente pierde la memoria muy rápido, en el caso de la Sabana de Bogotá, apenas en el 2010, tuvimos una sequía muy intensa que generó pérdidas grandes a los ganaderos. Sin embargo, la Sabana tiene una ventaja por ahora, y es que es un gran pantano, eso hace que los niveles freáticos "a pesar de que varían", se mantengan relativamente altos, y permite que el suelo esté húmedo y que haya posibilidades permanentes de acceso subterráneo al agua, sin mayor impacto", comentó Ardila.

El analista dijo que, desde el punto de vista político y administrativo, la cosa sí es muy complicada, porque en la última década se han hecho planes de ordenamiento con el fin de adecuarlos a negocios particulares y esto ha permitido la ubicación de negocios y viviendas en áreas que tradicionalmente son inundables.

Ardila mostró, además, su preocupación en el caso de la altillanura orinoquense, donde se están tomando determinaciones para ubicar una serie de negocios y de poblaciones nuevas en las que grandes áreas de reserva se transforman, de un día para otro, en grandes zonas de riesgo.

"Hay otras áreas en Bogotá, casi toda Suba, Fontibón, Engativá, Bosa y Kennedy "explicó el funcionario", que son inundables periódicamente, de manera que si se inundaron una vez, nada nos permite suponer que no se vayan a inundar en un periodo relativamente corto".

Así, el experto agregó que eso solo se puede solucionar mediante una habilitación de las áreas naturales del sistema hídrico, pues el río es un sistema, no un tubo. También advirtió que, en este momento, en las áreas de expansión hay una serie de licencias para proyectos urbanos, tanto en Bogotá como en los municipios anexos, en áreas inundables sobre el río, y eso hay que repensarlo y mirarlo con cuidado.

"En el mundo hay una tendencia generalizada a la renaturalización de los ríos, es decir a quitarle al río las represas, las canalizaciones y toda esa serie de elementos, y dejarle sus áreas naturales de movilidad (que es el conjunto de humedales y de áreas inundables que la vertiente utiliza permanentemente para poder vivir). Es recuperar el sistema hídrico", indicó el profesor y antropólogo.

Por ahora, desde el punto de vista político en Bogotá, Ardila considera que hay buenas intenciones y espera que pasen de ese nivel y se concreten en proyectos que realmente apunten a recuperar y a tratar de corregir todos los errores cometidos durante los últimos 40 años. "Nos estamos jugando mucho en estos años que vienen, si no actuamos ahora con responsabilidad", concluyó.