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Artes y Culturas

Las artes volvieron a vibrar en el Auditorio León de Greiff de la UNAL

    En un magno y emotivo acto, el Auditorio León de Greiff de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) reabrió sus puertas con el estreno de una obra única y conmovedora: La resurrección de la fe, del compositor colombiano Juan Pablo Carreño. Esta ceremonia marca no solo el regreso de las artes a este icónico espacio, sino que también es un símbolo de resurgimiento y esperanza, especialmente para territorios como Bojayá, que padecieron los horrores del conflicto armado.

    Los asistentes a este tan esperado acontecimiento quedaron atónitos, y con justa razón. El despliegue de este acto musical, a cargo del maestro Guerassim Voronkov, director de la Orquesta Sinfónica del Conservatorio de Música de la UNAL, congregó un órgano, 26 coros mixtos de niños y niñas, y talentos de diversas instituciones universitarias de Colombia. Además participaron 14 talentosos solistas y una impresionante orquesta compuesta por cerca de 100 músicos; y hay más: la tarima albergó una orquesta de 300 voces, mientras que en la platea resonaban otras 500.

    La puesta en escena fue un acto de profunda reflexión y homenaje a las víctimas de dos de las masacres más impactantes en la historia reciente del país: la de Bodega en 2012 y la de El Salado en 2000. Mediante testimonios, los músicos y cantantes encarnaron las experiencias y el dolor de aquellos que sufrieron estos eventos traumáticos.

    Los cerca de 900 músicos en escena conmemoraron la firma de los acuerdos de paz entre el Estado y las FARC, dedicado tanto a respaldar los procesos que promueven la paz y la reconciliación como a honrar la memoria de las víctimas.

    La escultura del Cristo Mutilado de Bojayá también protagonizó un momento de profundo significado. Las conmovedoras voces de los coros unidos entonando alabanzas como “Gloria al padre, gloria al hijo...” “Ay Padre, ay Padre, recuerda lo que nos ha sucedido…”, homenajearon a 4.500 víctimas, simbolizando a todas aquellas que padecieron la brutalidad del conflicto en Colombia. La llegada del Cristo desde Chocó estuvo acompañada por monjas agustinas y víctimas de esta región.

    Para que esta obra saliera a la perfección, los artistas tuvieron que ensayar mucho tiempo. Por ejemplo, Paula Cárdenas, directora asistente de la Sociedad Coral de Bogotá, explica que durante dos meses el grupo estudió arduamente para cumplir a cabalidad con las exigencias de la obra.

    “Esta es una obra bastante exigente, por lo que requiere de mucho profesionalismo y estudio individual. ‘El oficio dos’ es una pieza con 20 voces que musicalmente es bastante demandante y también requiere de un excelente sentido rítmico y buena conexión con los demás coros para lograr un buen engranaje”, subrayó.

    Después de cuatro años, se abren las puertas

    Durante más de un siglo, el Auditorio León de Greiff –nombrado en honor al ilustre poeta Francisco de Asís León Bogislao de Greiff Häusler– ha sido testigo de la riqueza cultural de Colombia. Considerado como uno de los centros culturales más destacados de América Latina, el León ha albergado eventos musicales y teatrales de renombre, entre ellos la Filarmónica de Bogotá y el Festival Latinoamericano de Teatro.

    La profesora Dolly Montoya Castaño, rectora de la UNAL, manifestó: “entregamos el Auditorio León de Greiff a nuestra comunidad universitaria y también a la ciudad. Este ha sido durante décadas un escenario de vanguardia que se ha configurado como puerta de la Universidad abierta a la ciudad y que ha fomentado la formación integral de generaciones de jóvenes desde el arte y la cultura”.

    En la ceremonia, la rectora Montoya les presentó y entregó a los asistentes el libro Experiencias transformadoras UNAL, proyecto cultural, científico y colectivo de nación, destacando su gran valor institucional: “este es un ejercicio de reconocimiento a las nueve sedes, a la labor de los profesores, estudiantes y administrativos, identificando las experiencias transformadoras que nos expresan la realidad de los cambios culturales efectuados en los últimos años”.

    La reapertura del Auditorio representa no solo el regreso de las presentaciones artísticas, sino también la culminación de un importante y gran proyecto de renovación. Para fortalecer la estructura se adelantaron importantes cambios, como la restauración de 1.600 sillas, el cambio de tuberías y maderas, la actualización de redes técnicas y la adecuación de 800 m² del espacio público cerca al edificio, entre otros.

    La curadora María Belén Sáez de Ibarra, directora de Patrimonio Cultural de la UNAL, junto con un robusto equipo, ha trabajado arduamente durante más de 10 años para hacer posible este momento.

    “El proceso incluyó reuniones periódicas para coordinar la intervención del Auditorio, cuidando cada detalle para preservar su acústica y morfología originales. La reapertura no solo representa la culminación de un proyecto arquitectónico y cultural, sino también un paso hacia la educación en la reconciliación”, precisó de forma emotiva la directora general del proyecto.

    Durante los dos primeros días de apertura más de 3.000 asistentes fueron testigos de la excelente acústica del lugar; además, ayer 22 de noviembre se ubicó una pantalla gigante en la Plaza Central, en donde los estudiantes se congregaron para presenciar el evento.