Escudo de la República de Colombia Escudo de la República de Colombia
/La U.N. Sede Manizales le abre las puertas a la memoria
Artes y Culturas

La U.N. Sede Manizales le abre las puertas a la memoria

  • Espectadores de la galería 'Abre las puertas de la memoria'.

  • 'Y rompemos el cerco del silencio'.

  • 'El sabio y la tierra de colores'.

  • Estudiantes recorren la exposición.

  • 'El hombre de las multitudes'.

  • Fachada paisaje cultural cafetero.

Fotografías y una reseña de 21 víctimas de crímenes de Estado, cuyas historias han sido recopiladas por organizaciones sociales de Caldas, conforman la galería "Abre las puertas de la memoria".

Los casos recopilados en esta exposición son solo 21 historias de vida de las tantas otras que han sido apagadas por los crímenes de Estado y que, en su mayoría, todavía están por esclarecerse y a la espera de justicia.

Se trata de vivencias, divididas en seis capítulos, que muestran las diferentes facetas de la victimización, de las modalidades de violencia o de las poblaciones que vivieron estas lamentables experiencias.

La muestra, que se expone en el Bloque C del campus Palogrande de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Manizales, es un llamado de atención a la ciudadanía y una oportunidad para dejar de ver como paisaje las cicatrices de las víctimas y de sus familias.

Así mismo es el resultado de un proceso de resignificación y reconocimiento del Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice) y del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (CPDH) en Caldas.

Cambiar los imaginarios sociales sobre el pasado y abrir un discurso a la aceptación y la reconciliación es la meta que se ha propuesto la U.N. con esta galería, en la que los protagonistas hacen presencia con sus historias y luchas por los derechos humanos en esta región del país.

Gracias a una alianza con la U.N. Sede Manizales, por primera vez la galería tiene un sentido museográfico aportado por el área de Extensión Cultural y el semillero de investigación Expresiones Artísticas, Memoria y Creación, que permitieron desarrollar de un proceso curatorial con un sentido artístico y sonoro, a una exposición que solo había estado en espacios públicos como plazas y corredores del Palacio de Justicia.

"La idea es que la Universidad genere diversidad, se enriquezca; si reconocemos que existen dolores y evitamos esa tendencia a convertirlos en rencor para asumirlos como daños en un compromiso de no repetición y en una transformación real de nuestros hábitos y de nuestros principios culturales podemos superar tantos años de conflicto armado", explicó David Esteban Molina Castaño, director del Departamento de Ciencias Humanas de la U.N. Sede Manizales.

Profesionales y estudiantes de Trabajo Social, Derecho, Geología, e incluso víctimas a través de sus propios relatos forman parte de esta puesta en escena que busca abrir un diálogo como una posibilidad de construcción de paz.

Desde 2007, el Movice comenzó con los viajes a municipios como Riosucio, Anserma, Palestina, Chinchiná y Salamina, que vieron nacer o morir a las víctimas del conflicto.

"La Universidad es un espacio de construcción de memoria colectiva donde se concentra la historia y la cimentación de la sociedad. Queremos que los estudiantes, como futuros profesionales, participen como visitantes y sepan qué pasó en nuestro departamento", explicó Laura Montoya, secretaria técnica del Movice en Caldas.

Galería por capítulos

La exposición cuenta con fachadas de casas al estilo cafetero, ventanas de marcos coloridos y balcones representativos del Paisaje Cultural Cafetero, donde se agrupan las fotografías.

En el primer capítulo, "La paz un juramento", se le rinde homenaje a defensores que dejaron en el territorio caldense su huella de valor, su vida en la lucha por el respeto, por la plena y real aplicación de los postulados que enmarcan los derechos humanos.

El segundo, "La vida y la esperanza", responde a la pregunta: ¿Qué Colombia tendríamos hoy si nunca hubieran asesinado a tantos soñadores dispuestos a cambiar el país?

El tercer capítulo, "Para sembrar multiplicadores", se refiere a la persecución de docentes que ha sido una práctica sistemática en Caldas: quienes cultivaron un pensamiento crítico en las aulas y fueron exterminados en las calles.

El cuarto capítulo, "Y rompamos el cerco del silencio", recoge las memorias de personas que han muerto por balas de fusiles disparados por agentes del Ejército Nacional o por grupos paramilitares, que desde la fuerza acabaron con la existencia de jóvenes civiles no involucrados en el conflicto armado.

En el quinto capítulo, "Y rompamos el cerco del olvido", se presenta el tejido de cuatro historias que retratan el drama de la desaparición forzada.

Según el Observatorio Social de Caldas, más de 100.000 personas han sufrido las consecuencias de la guerra en el departamento desde hace cerca de cincuenta años, lo que ha llevado a que grupos nacionales como el CPDH y el Movice busquen una comunicación asertiva con la ciudadanía sobre las la importancia de reconocer las víctimas del conflicto armado con una visión de transformación social.