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El modelo numérico que desarrollan se basa en datos y documentación de estos fenómenos en el pasado, con el fin de hacer una simulación de cataclismos, entre ellos un sismo, analizar su propagación de onda y la manera en que esta afectaría la costa.
"Los modelos siempre tienen que compararse con datos reales para que el sismo sea algo lógico y observar así los efectos de la inundación y otros problemas que preceden al fenómeno", explicó Viviana Dionicio, del Servicio Geológico Colombiano, al iniciar el Curso Internacional sobre Tsunamis, llevado a cabo en la Hemeroteca de la U.N.
Colombia, a través de la U.N. Sede Tumaco, firmó en julio pasado el proyecto Satreps, que trabaja en alianza con la Universidad de Tohoku y con todas las entidades que aplican las tecnologías más avanzadas para el fortalecimiento de la investigación y para responder a eventos de la actividad sísmica, volcánica y tsunami, con el fin de mejorar la gestión del riesgo en el país.
La U.N. trabaja en cooperación con la Universidad de Tohoku, líder en investigaciones de tsunamis, en todo el acompañamiento del modelo y las curvas de fragilidad que permitirían dar información detallada sobre las estructuras de casas y edificaciones que posiblemente serían barridas.
Los avances de este proyecto se dieron a conocer en el curso internacional que se realiza en la Hemeroteca de la U.N., donde se congregaron autoridades y líderes mundiales en la investigación del riesgo y la prevención ante fenómenos sísmicos, erupciones volcánicas y tsunamis, como el profesor Shunichi Koshimura, de la Universidad de Tohoku (Japón); el capitán Leonardo Marriaga, director del Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas del Pacífico, de la Dimar; el profesor Herbert Giraldo, director Nacional de Planeación y Estadística de la U.N.; el profesor y director de la U.N. Sede Tumaco, Luis Enrique Gil, y Diego Peña, de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres.
"Estaremos enviando a estudiantes y colegas para que vengan a trabajar en conjunto con los investigadores colombianos", aseguró el profesor Koshimura, quien anunció que en el momento tenemos un buen aliado y es la U.N. Sede Tumaco, donde ya hay investigadores trabajando: "creemos que podemos recoger, de forma oportuna, información disponible al aumentar la capacidad de pronóstico, la evaluación del potencial del tsunami, las tecnologías y el plan estratégico", sostuvo el experto, quien compartió la experiencia del tsunami del 2011 en Japón, que arrasó con varias costas y dejó 15.000 muertos al penetrar con una fuerza de 50 toneladas y alcanzar una altura de 40 metros.
Una parte importante del proyecto es la coordinación entre todas las instituciones (Gestión del Riesgo, Servicio Geológico Colombiano), y la parte de alerta de tsunamis y de moldeamiento, a cargo de la Dirección General Marítima (Dimar), para entender cómo manejar el riesgo y puntualizar los resultados para que le sirvan a la comunidad.
Actualmente el Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas del Pacífico, de la Dimar, ha desarrollado investigaciones sobre temas marinos y costeros que han servido para la modelación numérica, así como para conocer y profundizar en el mapeo de inundaciones.
Red de sensores
A cargo de este centro se implementó una red de sensores de medición en toda Colombia que permite tener información en tiempo real. "Lo más resistente es una boya especializada que se instaló el año pasado y con la cual se han venido evaluando los fenómenos; además, se registra la creación del centro de alerta de tsunami que está en camino a convertirse en el centro de alerta oficial para el país y que por ahora se implementa en Cartagena, Tumaco y Bogotá", indicó el capitán Marriaga.
Los devastadores tsunamis del 2004 en Sri Lanka, y el del 2011 en Japón, sembraron una alerta mundial y aunque en Colombia solo en los años 70 se presentó un evento tsunamigénico, el país no está exento de estos fenómenos; así mismo, la confluencia que presenta con respecto a la cercanía de las placas tectónicas en el Pacífico, incrementa el riesgo en esta región.