La U.N. participó en primer Foro de Rectores en Cumbre de las Américas

Bajo el lema Prosperidad y Educación: el Desafío de Cooperación en las Américas, el Rol de las Universidades, se llevó a cabo el primer Foro de Rectores, realizado simultáneamente con la VII Cumbre de las Américas efectuada en Ciudad de Panamá.

El apoyo general a la educación para lograr equidad e igualdad, y la necesidad de un espacio latinoamericano que reconozca créditos académicos sin convenios específicos fueron algunas de las conclusiones obtenidas en el Foro.

La U.N., en cabeza del rector Ignacio Mantilla, participó particularmente del tema de movilidad académica, en el cual se abordaron entre otros aspectos el reconocimiento de créditos y cómo obtenerlos sin necesidad de realizar convenios específicos.

"Esto significaría un gran espacio latinoamericano en el que exista una confianza recíproca y un reconocimiento mutuo", asegura el profesor Mantilla.

Para el Rector de la U.N., fue muy importante haber participado de la Cumbre, puesto que allí mantuvo reuniones bilaterales con otros rectores, con los que se buscará consolidar un proceso latinoamericano de integración académica, en concordancia con la propuesta del Presidente Juan Manuel Santos.

Asimismo, el profesor Mantilla confirma que tras estos encuentros se pudo concretar una próxima reunión de rectores en Colombia, en junio, liderada por la U.N. En ella se analizarán los rankings universitarios y se estudiará la posibilidad de tener una clasificación propia latinoamericana que evalúe lo que los indicadores anglosajones no examinan.

"Existe mucha heterogeneidad en el nivel de las universidades del continente, especialmente en las norteamericanas, por eso no es fácil que haya un reconocimiento entre todas; es necesario que las principales instituciones tengan reglas propias de reconocimiento", resalta el Rector.

También afirmó que está bien que todas las instituciones de educación superior estén sometidas a ese tipo de evaluaciones, pero es importante potenciar el valor agregado que tienen las universidades latinoamericanas, y que este sea medido y reconocido con indicadores como la capacidad económica de los estudiantes para el acceso  a la universidad o el aprendizaje de una lengua como el inglés.